Panchito Hernández es siempre al América lo que para un esquiador la nieve.Se mantiene alejado del futbol, como si tuviera una economía de guerra, pero del negocio sabe bastante.Hace casi una semana en el América pasaba de todo. Guillermo Cañedo anunciaba su renuncia en un programa de televisión pero más tarde, hizocontacto con Panchito para pedirle su ayuda.Dos cosas entonces se resuelven por obviedad. La primera, que la actual directiva dificilmente dejará el cargo puesto que el jueves se han reunidoy el amague de la salida de su presidente fue para distraer la atención sobre los jugadores que por fin, se sacudieron la modorra ante River Plate.La otra, que recurren a los pilares añejos del club que conocen las entrañas hasta el fondo. Panchito Hernández se arremanga y está en vísperas de apagar el incendio que provocaron las bombas de la directiva.“No es oficial pero ya hubo un contacto, el domingo por la noche me habló Pedro Portilla. Indudablemente sí me gustaría regresar para ser útil a los actuales directivos, sobre todo a Emilio Azcárraga y Guillermo Cañedo. Mi pasión por el América está intacta, quiero mucho a esta institución y sé que hay gente que me recuerda con cariño. Yo también, sobre todo a los padres de los actuales directivos que me llevaron al club por primera vez.”
Longevo, septuagenario, hombre de fieles costumbres al América que con su toque le brindó la espectacularidad a este equipo más allá de la ciencia ficción. Pocas veces erraba en su decisión de contratar extranjeros.“No sé realmente qué vaya a hacer, todavía no hemos hablado de eso al respecto, sólo me invitaron.”
-Usted era muy bueno en visorías de jugadores extranjeros, precisamente lo que adolece el América.“No sé si pueda viajar tanto como antes, que iba cada mes a Sudamérica y me pasaba allá hasta tres semanas de país en país, seguro que existen formas de ayudar al equipo.”
El embone vendría con Alfredo Tena, director de fuerzas básicas ahora y uno de los estilistas del americanismo, quien sería el director deportivo.Panchito, en la tranquilidad de su hogar, cuenta que se siente animado y brioso, con energías suficientes para aceptar el reto.
“Nos entrevistamos ayer en un restaurante, me dijeron que en principio lo primero de la reestructuración era yo y que todo estaba listo, que sólo habría que afinar detalles y me dirían cuándo empezar.
Es triste ver al América en esos sitios pero ahora es cuando los que queremos al club tenemos que sacar el rostro por él. Hay que hacer un trabajo grupal, tomando en cuenta las fuerzas básicas y todo lo exterior”, afirmó con alegría.
