miércoles, 3 de septiembre de 2008

No reunía el perfil


Por: Eduardo Brizio Carter
Fuente: Televisa Deportes

Las cosas no han funcionado en el nido de Coapa, a pesar de la tan cacaraqueada reestructuración y la llegada del “Mesías” (perdón, del “Pelado” Díaz). Al más puro estilo de José Alfredo Jiménez, “siempre caen en los mismos errores”.

Directores Técnicos van, vienen y se repite la historia. Corrieron al Ruso Brailowsky y al traer a Rubén Omar Romano, les salió el tiro por la culata. Luego, contrataron al Pelado y todo parece indicar que será “pan con lo mismo”.
Aunque casi todos se han olvidado de él, hoy hace un buen día para recordar que no hace mucho tiempo, tomó las riendas del equipo un individuo que desempeñó un papel más que decoroso, haciendo la hombrada de irle a ganar al Flamengo en Brasil; pero resultó que “no reunía el perfil” para ser el timonel de un club tan grande como el América.
Efectivamente, no reunía el perfil porque, por principio de cuentas, es mexicano, si hubiese nacido a orillas del Río de la Plata, hablara cantadito, comiéndose las “s” y le gustara el chimichurri más que la salsa roja, sería distinto.
Tampoco demandó las perlas de la virgen para hacerse cargo del equipo. Ni llegó “exigiendo su tequila y pidiendo su canción”. No solicitó a toda su cuadrilla, incluido: médico, preparador físico, quinesiólogo, mozo de espadas y varilarguero, para realizar con solvencia la labor encomendada.
Del mismo modo, trabajó con lo que había; es decir, no le hicieron contrataciones de renombre, ni se coludió con algún promotor de “buena reputación” para traer futbolistas (por no decir troncos) en posiciones en las que no eran necesarios, con el ya consabido “reparto de utilidades”.
Por supuesto que tampoco tuvo la brillante idea de ofrecerle a cada uno de los elementos que conforman el plantel un automóvil último modelo; digo, en el muy probable caso de que le ayudaran a “refrendar sus blasones”, consiguiendo el tan ansiado título de liga.
Para colmo, se trató de un ex jugador de las Águilas, con identidad por los colores, que conocía a las fuerzas inferiores y que se dedicó a trabajar.
Ya adivinó usted, estimado lector, me estoy refiriendo al “Cabezón” Juan Antonio Luna, quién según dicen los que saben… “no reunía el perfil”.