EL DIARIO
La pasión que únicamente la jerarquía y tradición de equipos como éste despierta, se desbordó entre los cerca de 400 aficionados en la terminal aérea.
Después de las 18:30 horas, el vuelo charter que transportó al Club América tocó tierra y entonces surgieron las porras de ‘Aguilas, Aguilas, Aguilas’.
También, los empujones, gritos, discusiones y el desorden generalizado entre sus adeptos en la puerta de salida del aeropuerto.
Personal de seguridad solicitó formar una valla de un metro y medio de ancho para abrir el paso de los americanistas, pero, simplemente resultó imposible.
Antes que lo hicieran los jugadores, una persona del equipo de seguridad del América salió del edificio y subió al autobús con la idea de ‘sondear’ la situación.
La actitud de los ahí reunidos impidió que, por motivos de seguridad, los futbolistas salieran de la sala de espera hacia el camión, mismo que los llevó al hotel.
Ahí, el America también era esperado por otro numeroso grupo de fanáticos. El autobús cerró sus puertas y se marchó; regresó a la terminal aérea e ingresó hasta la pista por una puerta lateral. Ahí, los futbolistas ascendieron al mismo y salieron escoltados por personal de tránsito por la Carretera Panamericana.
La odisea inició temprano; jóvenes y adultos se dieron cita en el citado inmueble en busca de una fotografía o un autógrafo de sus ídolos. Otros más, simplemente deseaban conocerlos en persona. Entre los asistentes estuvo Miguel Angel Flores, un pequeño americanista de 6 años que en su silla de ruedas, lució su uniforme azul y amarillo.
La espera fue larga y mientras el tiempo transcurría el número de seguidores del conjunto capitalino creció.Y para la ocasión no faltaron las playeras amarillas, azules e incluso la retro blanca que el arquero Guillermo Ochoa utiliza cuando el América se mide a las Chivas Rayadas del Guadalajra en el ‘clásico del futbol mexicano’.
Entre los varios estilos, modelos y números en la espalda de chicos y grandes figuraron el 17 de Luis Roberto Alves ‘Zague’ e incluso el 9 del delantero chileno Iván Zamorano.Obviamente no faltaron las cachuchas, banderas y hasta fotografías del cuadro azul y amarillo.
Sin duda, el futbolista más popular entre las jovencitas es el cancerbero Guillermo Ochoa.Al menos tres seguidoras de las Aguilas lucieron en una de sus mejillas la frase I Love Memo.
Una de ellas aseguró que no fue a la escuela con tal de ver a su máxima figura y estuvo en el lugar indicado desde las 7:00 horas.
Algunos niños y jóvenes lograron ver a los americanistas gracias a que treparon hasta las ventanas de la puerta exterior y observaron a los jugadores.
Así, la euforia desmedida provocó que las plumas, cámaras y las camisetas esperaran para una mejor ocasión.
