jueves, 27 de noviembre de 2008

¿No era la solución perfecta?

Y de pronto, la calurosa mañana bonaerense proponía la solución perfecta: Ramón Díaz se va para el River de sus amores y el América se quita de encima a un tipo que lo único que ha hecho en los últimos cinco meses es burlarse de la historia del club.




¿No es algo que querían los tres? Y al decir los tres me refiero a Ramón Díaz, a River Plate y al América.
Los medios de prensa argentinos nos despertaron este jueves con la noticia de que Ramón Díaz, de vacaciones en Buenos Aires, estaba reunido en el departamento del presidente de River Plate, José María Aguilar. Los periódicos argentinos incluían al Pelado Díaz entre los candidatos para tomar las riendas del club que ahora es uno de los coleros del futbol argentino.
La nota era aderezada con otro tipo de detalles: que si la mujer de Ramón había empacado todo de vuelta para Buenos aires y que si los hijos de Ramón, que se quedaron en Argentina, eran motivos para dimitir con el compromiso que adopto en México. También, de paso, se agregaba el tema del Tecla Farías, aquel jugador procedente de River que rompió un contrato que tenía firmado con el Toluca y que provocó un rompimiento en las relaciones entre los clubes argentinos y mexicanos y que si ahora, este acercamiento de Ramón con River teniendo contrato vigente con el America, podría volver a encender la polémica.
Al final del día, los medios argentinos resaltaban que la reunión existió y que Ramón Díaz le habría dicho "no" a River Plate.
El dato más importante de la movidita mañana en Palermo destaca los 3 millones de dólares al año que Ramón Díaz cobra por dirigir en México. Y aquí no hay vuelta de hoja: no hay otro equipo en el continente americano que pueda pagarle esa cantidad por dirigir.




No estoy tan seguro de que todos los aficionados americanistas sufrían mientras Ramón estaba reunido con el presidente de River Plate. Presiento lo contrario. Creó que era la salida perfecta. River quiere a Ramón. Ramón quiere a River y el America no quiere a Ramón. Eso, más el subsecuente ahorro de 3 millones de dólares que hubiese significado su salida.