martes, 23 de diciembre de 2008

Resto del mundo 2-1 Irak


Sin las figuras prometidas, la selección denominada “Resto del mundo” venció 2-1 a su similar de Irak este día en el Estadio San Siro, donde el portero mexicano Guillermo Ochoa cumplió con una discreta actuación.

El encuentro, este lunes de noche en Milán, Italia a beneficio de los niños que han sufrido por el conflicto bélico en Irak, estuvo empañado por la nula presencia de estrellas como el argentino Lionel Messi, quien a pesar de que estaba confirmado viajo a Uzbekistán, donde hará una exhibición con jóvenes.
Tampoco estuvieron presentes el luso Cristiano Ronaldo (Manchester United), ni los porteros Iker Casillas (Real Madrid) y Gianluigui Buffon (Juventus), por lo que el guardameta del América inició como titular el encuentro.


"Somos una selección nacional y no turistas, desearíamos un poco más de respeto", comentó molesto antes del encuentro el seleccionador iraquí, el brasileño Jorvan Vieira, citado por la prensa.
Las estrellas, a pesar de contar con jugadores como Goran Pandev, Tommaso Rocchi (Lazio) y el mediocampista Donadel (Fiorentina) sobre el campo de juego, se quedaron en su mayoría en el banco de suplentes junto a los dos entrenadores del equipo "rutilante", Carlo Ancelotti del AC Milán, y Pep Guardiola del FC Barcelona. En el primer tiempo la selección "Resto del Mundo" estuvo al mando del timonel del Barcelona de España, Josep Guardiola, mientras que en el segundo, que sólo duró 30 minutos, fue comandada por el técnico del AC Milan, Carlo Ancelotti.


Memo fue el único mexicano invitado al evento altruista, al que varios de los invitados no acudieron.
Ochoa salió vestido de amarillo, mientras que el resto de jugadores lo hizo de blanco. Enfrente, sus enemigos iraquíes, lucieron un uniforme verde.



La selección Resto del Mundo no logró convencer a los espectadores y apenas asistieron unos 5 mil aficionados al balompie.
La recaudación íntegra del partido “Gol por la paz” estará destinada a la construcción de un orfanato en las ciudades iraquianas de Abidjan y Baghdad y en Bogotá (Colombia).
También se planea la puesta en marcha de un instituto universitario de estudio por la paz.


Guardiola fue la estrella de un partido fantasma.
“¡Qué bochorno! ¡Qué vergüenza! Esto no pasaba ni en Rusia. A ver ¿dónde está la cámara oculta?” Estas son algunas de las expresiones más moderadas que anoche se escucharon en San Siro.
El caos llegó desde el inicio. Los veteranos que debía formar el combinado mundial para enfrentarse a la selección de ‘viejas glorias’ de Inter y Milan ya vivieron en sus propias carnes el descontrol. Partieron un día más tarde de lo previsto, los billetes no llegaron y, finalmente, los Fusté, Sergi, Milla, Cuéllar, Sa Pinto y compañía se rascaron el bolsillo y ellos mismos abonaron sus pasajes. Inaudito. Por supuesto, al llegar a Milan nadie les atendió y su alojo en el hotel fue una pequeña odisea porque tampoco estaba previsto. La jornada de carácter solidario debía arrancar con el partido de veteranos.
La enésima ingenuidad. El rival no apareció por ningún lado. Ni Rijkaard, ni nadie. Increíble pero cierto. Los veteranos dirigidos por un desconsolado Fusté se vistieron con la ropa de otro equipo y se mostraron dispuestos a jugar una ‘pachanga’ para satisfacer al público. Unos se reían, otros se echaban las manos a la cabeza y, mientras tanto, Guardiola no paraba de brindar sonrisas a los aficionados, hacerse fotografías con todo el mundo y ser objeto de mil y una fotografías. En medio de toda la pesadilla, el técnico y los jugadores que se dieron cita en el feudo milanés fueron los únicos que sí dieron la talla en semejante vergüenza.Hubo carreras, nervios y amenazas de todo tipo.
El acto central no era otro que un partido entre la selección de Irak y un combinado mundial. Ni las estrellas anunciadas en un principio ni buena parte de los convocados a última hora. Apenas sí 12 jugadores, inicialmente, se pusieron bajo las órdenes de Guardiola y Ancelotti. En plena vorágine de rumores alguien preguntó “¿El seguro médico está contratado?” Fue la gota que colmó el vaso.
Sylvinho, que hacía horas que decía que nada era serio y no veía claro jugar, se plantó. No fue el único. Un histórico como el polaco Boniek lo había hecho con los veteranos.Hubo partido. Irak presionó, había suspendido un partido con Dubai, los contratos televisivos estaban firmados y el primer ministro guardaba paciente en el palco. No hubo marcha atrás, algunos veteranos cedieron sus botas a ilustres jugadores y otros tuvieron que sumarse al partido, como Sergi, Cuellar o Karpin.
Charlas con los técnicos brasileños que dirigen a Irak para advertir sobre el carácter amistoso del partido y, como si no hubiera sucedido nada, a cumplir con lo pactado. Jugadores y técnicos fueron los únicos que estuvieron a la altura en una jornada de chapuza que acabó con victoria 1-2 para los de Guardiola y Ancelotti.