viernes, 16 de enero de 2009

Carlos peloteó en Coapa

Carlos Sánchez recibió un regalo inesperado cuando el lunes por la tarde el neurocirujano que lo operó, óscar Suárez Rivero, le dijo que no tiene problemas para volver a pegarle a un balón con la cabeza, además de que su recuperación se está dando a la “velocidad de la luz”, y que en agosto próximo estaría en condiciones de volver a una cancha para probar si puede retomar su carrera en el futbol.


El galeno le explicó que la placa de codubix que le pusieron para cubrir la parte de su cráneo que le fue retirada a fin de ayudarlo a superar el infarto cerebral que sufrió el 12 de agosto del año pasado, es tan fuerte como el hueso.
El defensa de las águilas señaló que la noticia fue una inyección de ánimo, porque en noviembre cuando le realizaron la craneoplastía, le habían advertido que no podría volver a recibir impactos fuertes en la cabeza, como suelen ser los balonazos.


“Luego de lo que me dijeron, no quito el dedo del renglón para regresar a jugar, y más porque cada día me siento mejor, estoy haciendo mi terapia tres veces al día y espero poder empezar a trotar muy pronto.
“Ya gané mi primera batalla al seguir con vida, pero ahora quiero estar de vuelta en el futbol, que también es mi vida”, confesó.


“Charz” tiene tres sesiones diarias de rehabilitación, donde trabaja fuerte su brazo y pierna izquierda, que resultaron afectados con una fuerte parálisis, acude a la cámara hiperbárica en Coapa y tiene el apoyo de un psicólogo una vez por semana.


“Estoy librando la batalla más importante de mi vida, de hecho sorprendí mucho al médico que me operó, nunca pensó encontrarme así, se imaginó que todavía no podía controlar mi pierna y que tendría el brazo encogido”, explicó.


El fin de semana estrenará nueva férula, la cual sólo utilizará en su tobillo para comenzar a trabajar con su pantorrilla izquierda.


“Ya recuperé peso y creo que hasta me pase por tres kilos, porque antes de que me diera el infarto pesaba 77 y ahora ya tengo 80”, apuntó.



El defensa azulcrema destacó que además de su fuerza de voluntad y la disciplina que ha puesto para su rehabilitación, el apoyo de su familia ha sido fundamental, pues su hermano Jonathan y su mama, Yolanda, están permanentemente con él.