martes, 7 de abril de 2009

De la calle a las canchas

Roberto Monito Rodríguez

Mis inicios
Cuando observo a los jugadores "cascareando" me recuerdan a mi pasado. Yo ya no puedo jugar porque tengo problemas en la rodilla; pero cuando estaba bien, cascareaba con mis hijos y les enseñaba como parar y como golpear la pelota. Sí, eso a mi no se me va a quitar nunca.

Recuerdo bien que cuando jugábamos ahí en la calle poníamos nuestras porterías con piedritas o utilizábamos de portería un portón. Jugábamos los que nos juntábamos, 3 contra 3, dos contra dos, cuatro contra 2 a ver quien metía más goles. Teníamos que estar muy atentos con los carros, que, aunque no pasaban muy seguido, había que estar muy pendientes.

Yo crecí en Tlaquitenango Morelos, y eso es lo que hacíamos, nuestra pelotita a veces era de hule y a veces de trapo. Jugaba en el equipo de mi pueblo y nos invitaron a un torneo nocturno en Xlotepec Morenos, ahí en el IMSS. Participamos dos equipos y el nuestro salió campeón. De ahí me invitaron a probar en el equipo de Xlotepec, atendí esa llamada y corrí con la suerte de quedarme. Así fue como yo me inicié en el profesional.

Cuando yo me retiré, por culpa de una lesión en la rodilla, no sé en que momento me dediqué a entrenador en el Club América e inicié como entrenador con jugadores de 14 y 15 años. Algo que sé, por mi experiencia es que un jugador necesita saber jugar. Que tenga el talento... es muy ambiguo, pero se necesita calidad para poder escogerlo e invitarlo a hacer una prueba.

He visto a los niños jugar en las calles y como uno es gente de fútbol, comienza uno a verlos, a ver como juegan, como la tocan, que hacen, que cosas nuevas o raras hacen. Mi trabajo es ir a verlos a torneos y partidos, o aquí en nuestra cancha de pruebas junto al Club. Así observamos a los jugadores y me recuerdan a mi pasado, pero para verlo jugar hay que verlo en una cancha y jugando.

Hay algunos jugadores que yo he traído, y otros con los que he entrenado. Cuahutémoc Blanco fue uno de ellos, aunque lo trajo otra persona aquí trabajamos con él.... Villa, Lara, hablando de otros jugadores pasados como Luna, Alejandro Domínguez, Alderete. Recuerdo bien a Hermosillo cuando llegó aquí, que venía de una selección amateur o el mismo Gonzalo Farfán.

A todos los jugadores se les da la formación y la educación deportiva, el mejor jugador va destacando solo, su personalidad y capacidad es lo que va mostrando a través del tiempo. Entonces ahí ya es cuestión de personalidad y de capacidad también.

Yo considero que, el fútbol de antaño ha cambiado en el aspecto físico y en algunas cosas tácticas, pero en término general yo diría que hay un poco más de velocidad. El fútbol mexicano ha mejorado porque ha tenido partidos ya de Copa América y Copa Libertadores y eso ha ayudado un poco a crecer a los jugadores a al fútbol mexicano

Desgraciadamente yo ya no puedo jugar porque tengo problemas en la rodilla; pero cuando estaba yo bien, cascareaba con mis hijos y les enseñaba como parar y como golpear la pelota. Sí eso a mi no se me va a quitar nunca. Ahora los jugadores se forman solos y llegan a los equipos extranjeros a mostrar su magia latina, el mismo Cuauhtémoc estuvo allá en España, Villa también. Fueron buenos jugadores, son de nivel de selección.

Estando fuera del partido se ven las cosas con más frialdad, ya con los años que tengo se analiza un poco mejor por la experiencia. Cuando uno jugaba llegaba el momento en el que había partidos que se hacían un poco largos y otros se hacían mas cortos dependiendo de algunas cosas.

Cuando a uno le gusta el fútbol pues juega donde quiera, en la calle hasta en la sala o en la cochera, en el jardín. Juega uno donde pueda y se va buscando ese potencial interno, pero aún así es importante estar en un equipo o en un club.

Yo he trabajado para ayudar a muchos jugadores con potencial a que crezcan; pero normalmente ellos crecen solos por su capacidad y talento. Estoy trabajando en lo que me gusta, trato y me comunico con muchas personas de diferente carácter y de diferente forma de ser y lo mas importante es que se sumen al Club como muchos lo hemos hecho. Esa es la ventaja profesional que yo encuentro, inculcarles el amor por el equipo, que se identifiquen con el Club y con sus colores para transmitir el amor y la pasión de éste.

He visto muchos jugadores a lo largo de mi carrera. El jugador latino tiene lo suyo, es una mezcla de picardía y técnica que resalta cuando juegan en equipos extranjeros y claro, la forma que tienen de ver el balón, eso es algo que luego, luego se nota.

Nosotros hacemos visorías para buscar nuevos talentos, ya sea aquí en el Club o en alguna delegación como la Magdalena. De ahí se hace el filtro y los seleccionados entrenan con los jugadores de prueba, al ver su mejoría y su disciplina, lo motivamos y entrenamos hasta colocarlo en alguna categoría. Se entrena hasta dos veces doble a la semana. Esto es ahora, pero antes las selecciones se hacían en espacios reducidos, entrenábamos de martes a sábado una vez al día.

Para llegar a ser profesional se necesita capacidad y calidad. Nosotros somos los encargados de ver sus habilidades y de alguna manera, predecir el futuro que puede tener un jugador y apoyarlo con educación deportiva que ha caracterizado al Club y a sus jugadores desde sus inicios.