lunes, 14 de septiembre de 2009

Las confusiones de un domingo

Demasiadas nubes para otra goleada en casa...
Y es que éste America parece tener dos caras. El que supone ser letal en la cancha...
O el que esconde un viejo pacto con los árbitros...
El que esparce los aromas de grandeza en su tribuna...
O el que tiene condiciones de privilegio en el fútbol mexicano...
El que provoca sueños e ilusiones en sus fieles...
O el que abre dudas sobre su influencia en los poderes ocultos...
El que destroza y amarga los domingos del rival en la cancha...
O el que pone su camiseta y espanta a las autoridades.
¿Cuál? ¿Cuál de los dos es el verdadero?
El América goleador y espectacular...
El América coludido, misterioso e influyente....



SIN MUCHA PASION

No es un domingo que pasará a la historia como una gran jornada pasional de fútbol. Hay poco sol, amenaza de lluvia y aunque la camiseta, el escudo y hasta el águila de huesos y plumas imponga condiciones, el visitante es uno de esos equipos que tiene más de 30 años tratando de acomodarse en la mesa. El antiguo Tecos, hoy Estudiantes, no provoca tumultos en la explanada del Estadio Azteca. Veinticinco mil, quizá un poco más, la mayor parte fanáticos de casa, tratarán de impulsar la esperanzadora campaña que plantea el América. Juan José Frangie y uno que otro despistado de Estudiantes, no saben a que tipo de jornada deberán enfrentarse...

Históricamente ha sido así. Hay algunos antecedentes, ciertos cuentos, algunos contados y otros tenebrosos, ocultos sobre la actuación del árbitro cuando el América está en la cancha. Muchos de estos fanáticos, vestidos de amarillo, lo niegan rotundamente. Otros, de rojo, de blanco, de azul, de anaranjado, de guinda o de morado, insistirán que cuando se enfrentan a éste equipo en particular hay que pelear contra otro tipo de fuerzas extrañas. El Azteca, sus despobladas tribunas, sus entrañas de pasión total americanista, van creando una extraña jornada en Santa Ursula...

SE CONFUNDE EL DOMINGO

¿Qué tipo de confusión termina por confundir el domingo? ¿El penalti que no le marcan al paraguayo Barreiro? ¿La expulsión a Bruno Marioni? ¿O quizá la que le perdonan a Aquivaldo Mosquera?


Mientras el América genera expectación, transmite adrenalina en su tribuna y esparce sueños de renovada grandeza en sus millones de seguidores, los rivales gritan desesperados, se angustian y se siente robados, mutilados, despojados y desvalijados a plena luz del día....

Pero hay otra forma de ver a éste América. El líder de grupo, el sub líder general, el de los 17 puntos, el de los 21 goles a favor, el de la explosión ofensiva, el de Montenegro y de Cabañas a tope.

Ni más ni menos... Ni negro, ni blanco... El América es así. Lo lleva en la sangre, en su estirpe, en su marca y en la memoria de aquellos que lo han amado e incluso de aquellos que los han odiado. Cuando pierde, muchos festejan. Cuando gana, aunque sea por 5 goles, todos suponen que recibió la bendición arbitral....