“No puede ser Chucho,no puede ser”, así se fue de la cancha un enfurecido Cabañas, reclamándole al entrenador por la patética forma en la que tiró hacia atrás al equipo en Torreón.
Desde entonces varios dicen que en vez de criticar los fantásticos planteamientos del DT (más allá que pisotean la historia del club) se le debería construir una estatua por haber regresado a las Águilas a una Liguilla.
Caray, como si se tratara de un acto heroico (chequen al San Luis que entró por donde sacan la basura del changarro). Acá el tema no es festejar porque calificaron (que en México lo hace cualquiera), sino analizar por qué antes no lo hacían.
Además, un equipo con la tradición del América ¿merece que Jardón y Medina (auxiliares de Ramírez) griten como niño de la lotería y chiflen como diablero de la Central de Abasto para que aguanten la pelota, no vayan al frente, eviten meterle centros a su delantero y pidan la hora cada tres segundos como asalariados? Me parece que no.
Pero lo más nefasto es que todo esto sucedió cuando faltaba media hora. Aparte lo ganaban 1-0, dominaban el trámite y entraron calificados. Sin embargo, se dieron el lujo de tener al temible Salvador como cono; para eso mejor dejen que eche rostro en su casa tranquilo.Hoy América es un espejismo y ellos lo saben. Porque de los 29 goles que marcaron, 15 se los hicieron a tres equipos y los otros 14 los repartieron en la misma cantidad de fechas.
¿Dónde está el goleador equipo que nos vendieron? Da la impresión que a Ramírez le afectó la crisis y ahora hasta los cambios se ahorra.
Un consejo Chucho (sé que te importa un reverendo pepino lo que diga como a mí también lo que pienses), no hagas enojar al paraguayo que es el único que te salvará la chamba y la de varios ahí adentro. Deja que se la den y que la meta. Porque más allá de que la gente le vaya o no al América, a tipos como el guaraní lo queremos ver y no a ti llorando por el tiempo.
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