domingo, 28 de febrero de 2010

“No tengo miedo, confío en Dios”: María Alonso Mena

La esposa de Salvador Cabañas comentó lo difícil que resultó decirles a sus hijos lo que le sucedió a Chava y como lo asimilaron; además, aseguró que tarde o temprano volverán a Paraguay, pues en México sólo iban a estar un tiempo.

Desde el momento en que María Alonso, Mary, como le dicen con cariño sus amigos y sus compadres, Azu y José María, sale de la habitación de su marido, Salvador Cabañas, una mujer camina a su lado con discreción, como si se tratara de alguna de sus amigas, pero en realidad es su custodio; su trato hosco la delata con los extraños, y aunque cuando habla con ella su voz se suaviza, es firme en sus preguntas: “¿La conoce?, ¿Está de acuerdo en ir con ella?”, hace referencia a la reportera, a quien no le devuelve la sonrisa.
Tras un amable saludo de mano y un espontáneo abrazo, Mary Alonso Mena asiente con cortesía: “Claro, no tengo problema”, y subimos al ascensor, después caminamos sin hablar mucho; da la impresión de que aún no se siente en confianza, porque es la primera vez que nos ve, pero su trato es fino, como toda una señora, y lo primero que hace al tomar asiento para comenzar la entrevista es apagar su celular. Su personalidad es fuerte, mira a los ojos, su voz es firme, es segura de sí misma, no titubea, y advierte: “¿Sí sabes que no hablaremos de lo que sucedió ese día en el bar?”, se le confirma, no vamos a preguntarte de eso, y, sentencia: “Porque no te voy a responder”.

La conversación con Mary principia como cualquier otra que sostienes con un desconocido, sobre todo de su parte, con respuestas breves, frías, sin embargo, a los pocos minutos, al sacudirse el temor de que su intimidad sea invadida con preguntas incómodas y sin sutilezas, se vuelve cálida y abre su corazón, mostrando la belleza que tiene incluso, queda al punto del llanto cuando habla de los difíciles momentos que ha atravesado y como ha sido Dios quien la ha sostenido, del poder de la oración, y cómo, de un día para otro, se ha convertido en el sostén moral de su esposo y sus hijos.


¿De dónde has sacado fuerza para mantenerte entera? “Dios me está dando fuerza y le pido la fortaleza, porque tengo que estar bien para él (Chava), para mis hijos, porque en ese momento soy el pilar en mi casa, no crean que tengo tantas fuerzas, de repente me quiero decaer, soy humana, y de repente me parece que es un sueño todo. Hay veces que quiero soñar y que no pasó esto; Dios me ha dado la fortaleza, lo siento más cerca. A lo mejor en otro momento de vida no lo tenía tan cerca, pero ahora sí lo siento muy cerca y sé que no nos ha abandonado en este momento. Con Salvador estuvo siempre, hasta ahora, se ha manifestado de forma maravillosa y mucha gente que no lo conoce personalmente ha orado por él; creo que el amor y la oración de la gente fue lo que le salvó la vida”.

¿Has llorado? “Sí, los primero momentos como que no me dieron ganas de llorar, luego venía mucha gente aquí y no tuve tiempo de llorar, pero sí he llorado, necesitaba mi espacio, estar sola y sí he llorado, pero tengo mucha esperanza, porque lo veo a diario que va muy bien”.

¿Él no te ha visto llorar? “No, los primeros días sí como que me entraban ganas, pero trato de no llorar enfrente de él”.

¿Descansas bien?Sí, trato de dormir bien, anoche (miércoles) me quedé con él, y cuando se mueve te despiertas para ver qué pasa, de repente sí me desvelo un poco, pero hoy (jueves) se queda mi suegra. Nos turnamos”.

Salvador es una estrella del futbol, ¿tú vivías en esa atmósfera? “Sí, a lo mejor no dimensionas tanto, y ahora que vimos que la gente siempre lo ha querido me siento muy orgullosa por eso, porque Salvador es una persona maravillosa, tiene mucha fuerza mental y física”.

¿Cómo ha cambiado tu vida? “Como que positivamente, porque creo más en Dios, porque algo bueno va a salir de esto, siento que voy a tener una familia más unida”.

¿Cómo enfrentarás la vida después de esto? “Como una persona más sencilla, más humilde, de repente uno como que se fija mucho en otras cosas, como qué auto traes, que marca de ropa traes, ésas cosas me han cambiado la percepción de las cosas, ahora valoro más la vida, estar jugando con los niños, lo humano”.

¿Cómo te defines, fuerte? “Sí me siento fuerte y hasta el final no voy a retroceder, siempre he tenido un carácter fuerte, pero esto me hace más”.

¿Vives con miedo ahora? “No, yo no tengo miedo, confió mucho en Dios; no tengo miedo, absolutamente. Ni tengo miedo cuando mis hijos se quedan solos en las escuelas, ¿para qué tener miedo?, a lo mejor lo voy a atraer y no es bueno”.

¿Quieres seguir aquí en México? “Nuestros planes siempre han sido regresar a Paraguay, están todos en Paraguay, acá nada más era un tiempo que íbamos a estar, o que vamos a estar, luego regresaríamos a Paraguay”.

Tú estás tomando las decisiones de tu familia, ¿ha sido difícil para tí? “Es un poco difícil, pero no es nada imposible, estamos viviendo el día a día, no estoy pensando: ‘¡En tanto tiempo me voy a Paraguay! ¡En tanto tiempo a tal lugar! Estamos viviendo lo que hay, se van a ir dando las cosas para mañana”.

¿Cómo están tus hijos? “Están asimilando muy bien, porque ven a su papá todos los días, no hay nada preocupante, de repente Santi es quien pregunta más: ¿Qué pasó?, ¿Por qué? Es quien más está cuestionando, pero Mía, muy bien; viene, abraza a su papá, ella me reclama más a mí que no estoy mucho tiempo en la casa, estamos tratando de llevarlos bien y que no lo sientan tanto, están yendo a la escuela normalmente a diario”.

¿Cuándo les dijiste lo que sucedió y cómo se los contaste? “Ese mismo día consulté con una psicóloga acá, porque me decía: ‘¿Cómo se los voy a decir? ¿Es prudente que se les diga la verdad?’ Y sí se los dije, se los manejé como un accidente, que tuvo un accidente, y la niña lo primero que me preguntó fue: ‘¿Mi papá se va a morir?’ El niño como que evadía todo lo que yo le decía, yo le estaba contando y él como que no me escuchaba, como que no quería y trataba de evitarlo. Fue un momento muy tenso, de hecho Santi me hizo muchas preguntas que no sabía responderle, de repente dice: ‘Yo hubiera sido un héroe y le hubiera quitado la pistola a este hombre’. Yo le dije, ‘también pienso así, no te sientas mal por eso’. En algún momento también pensé: ‘Hubiera estado ahí y me hubiera puesto enfrente’. No sé, son cosas como que quieres evitar la realidad y te pones a pensar”.

¿En el colegio han apoyado a tu pequeño Santiago? “Sí, de hecho las profesoras han sabido manejar esto perfectamente, porque no tengo ninguna queja de la escuela. Yo le preguntó: ¿Qué te han dicho tus amigos? Y me dice: ‘No, nada’. De hecho, le han traído pósters, le han regalado rosarios, muchas cosas, sus compañeritos del salón le han hecho dibujitos: ‘Recupérate, Chava’. Todos los tengo guardados”.

¿Aquí han estado tus suegros, cuñados y también tu familia? “No, de mi familia no; están mis suegros, se quedaron. Mi cuñado y mi cuñada ya se regresaron a Paraguay, porque tienen trabajo allá”.

¿Cómo están tus suegros? “Bien, mi suegra mis respetos, porque tiene mucha fortaleza, de repente yo soy la que me quiero caer y ella es quien me levanta, nos sostenemos así, tienen mucha confianza en Dios, mi suegro estuvo llorando en el estadio (Azteca), porque fue muy emocionante”.

José María, tu compadre, también ha estado a tu lado en todo momento en esta situación tan grave… “Sí, de hecho a José María le ha dicho ‘ahí cuídame a mi familia, que esté a cargo’. Igual han estado conmigo Diana de Verón (esposa de Darío, de Pumas), Sabrina de López (esposa de Dante, de Pumas), Tania de Riveros (esposa de Cristian, de Cruz Azul), son mi segunda familia; no tengo tiempo de estar llorando o de pensar”.

¿Cuándo él salga de los hospitales irán a algún lado a dar gracias por todas las bendiciones recibidas? “Donde él decida, la Virgen de Kakupé de Paraguay (a 50 kilómetros de Asunción), es como la virgen de Guadalupe; él me dirá adónde”.

¿Cómo tomó Salvador la visita del presidente de Paraguay? “Un lindo gesto de él. Me dijo: ‘¡Qué bueno que venga a visitar, ya lo conocía de allá’. Es amigo de él, de la familia; entonces, no le pareció tan extraño que viniera a visitar”.

¿Te gustaría que llevarán a Salvador al Mundial como invitado de Paraguay, como reconocimiento a su carrera? “Sí, claro que si; él decidirá si va a querer o no, pero sí me gustaría”.

¿Cómo te ha respondido la gente del Club América? “Muy bien, hasta el momento no tengo ninguna queja de ellos, el presidente, Michel Bauer, ha sido muy buena persona, ha entrado con Chava todos los días, platica con él, lo trata como a un hijo, uno siente cuando una persona lo quiere”.

¿Confías en que no lo van a abandonar cuando esté recuperado? “Sí, y en caso de que sucediera lo contrario, no importa, no me preocupa eso”.

Segunda y última parte Nora Herrera Ciudad de México
PUBLICADO EN MILENIO.COM