Tiene que haber afectado terriblemente en el ánimo del dueño las Águilas que sus rivales de ciudad, Cruz Azul y Pumas hayan terminado el sábado en un 3-3 con estadio lleno, para después ver a su equipo perder con miedo y falta de ambición en un Azteca vacío. Porque quedó claro que la decisión del despido de Lapuente fue de Emilio Azcárraga Jean, quien se presentaba en televisión en prime time para anunciar una campaña de tradiciones mexicanas y acabó reafirmando que, en primer lugar sufría como cualquier americanista.
No hay marcha atrás, pase lo que pase el América tiene que jugar al frente. Ya ni siquiera existe para los vividores del futbol la vieja coartada de un futbol moderno equilibrado y precavido, cuando el ejemplo en el mundo es el Barcelona.
La primera orden para Carlos Reinoso cuando se confirme su designación sería salir a matarse para llegar a la portería contraría. Así, aunque pierdan 5-3, las tribunas del Azteca dejarán de ser poco a poco, un triste telón de concreto.
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