sábado, 12 de marzo de 2011

Una pena, la credencialización en La Monumental y El Disturbio

Esta publicación es del diario Reforma. Durante años se sabe que en las entrañas de "La Monumental" y "El Disturbio", los líderes lucran con la pasión de los hinchas; sólo que ahora han quedado al descubierto por parte de un diario de circulación nacional. Aca te dejamos las notas publicadas por el Diario Reforma (CANCHA), estos reportajes fueron difundidos por prensa amarillista incluída "La Prensa" y "El Gráfico"...

Los barristas del América son presas de sus líderes. Además de ser obligados a comprar las credenciales que deberían dar acceso gratuito a los partidos de las Águilas en el Estadio Azteca y que en teoría les pertenecen, miembros de El Disturbio y La Monumental denunciaron distintos abusos de sus líderes, en colaboración con Isaías Reyes, coordinador de los grupos de animación del Club.

De acuerdo con testimonios recabados por CANCHA, los barristas han soportado las amenazas de ser excluidos del grupo en caso de hablar sobre el negocio de las credenciales, además de que en duelos del equipo como visitante han comprado los boletos al doble de lo que les habían prometido, como ocurrió el 22 de agosto de 2010 en el Querétaro-América.

"No es que nos dejemos. Hacemos el viaje y al llegar al último retén dicen '¿saben qué..?', ya se acabaron los boletos, y hay unos vochos estacionados con viejas y güeyes vendiendo boletos. ¿Saben qué..?, que allá (en las taquillas de La Corregidora) ya se acabó el boletaje, pero aquí nosotros tenemos.

"Igual y uno piensa que es puro 'choro' para que hagan su agosto, pero algunos de la banda se sacaban de onda y decían '¿pues qué pasó?, vamos a llegar al estadio', pero la mayoría no, la banda siempre trae lana, empezaban a sacar de a 400 (pesos) y ahí ves la pinche fila de 6 camiones que sacábamos, compre y compre", narró uno de los barristas.

Los barristas dijeron que el viaje de ida y vuelta les costó 200 pesos, pero sus líderes les garantizaron las entradas. Al enterarse de que el boletaje estaba agotado, tuvieron 3 opciones: buscar los boletos en La Corregidora con el riesgo de quedarse fuera del partido, renunciar al duelo y esperar al resto de los barristas fuera del estadio o emprender por su cuenta el regreso al DF.

"En Querétaro cuando viajamos pagamos hasta 500 (pesos), por el puro boleto. No es de dejarnos, pero si ya estamos ahí, imagínate, los que traíamos (dinero) pagamos el boleto. Ese 'bisne' fue de Diego, ese güey los mandó para hacer también su 'bisne'. Diego hizo eso y él ya estaba en el estadio. "Se podría decir que La Monumental y El Disturbio podrían dar un apoyo económico, pero los cabecillas, los dirigentes, igual te chingan y lo usan para su beneficio", dijo el barrista.

QUE NO LOS EXPULSEN El comprar boletos a un alto costo en el Querétaro-América no fue la única ocasión en que los miembros de los grupos de animación azulcremas han sentido impotencia ante una promesa incumplida. Un barrista azulcrema acusó a Isaías Reyes de mentir al otorgar las credenciales expedidas por el club, las cuales deberían ser gratuitas. "Isaías hace que se credencialice mucha gente, diciéndoles que no les va a costar o que sería una mínima cantidad, pero en Clásicos (contra Chivas) se ha cobrado 300 pesos", comentó.

A pesar de que muchos no concuerdan con el negocio de las credenciales, se adaptan a las reglas que imponen sujetos como Diego, Ricardo y Héctor Aguilar, "Miguelón", "Trastor", "Argénesis", "El Oso", "El Congo", "El Richie", "El Mamalucha" y "El Wendys", para ser parte de la barra. "De nada, nada más para estar ahí de pend... Por cuestiones de seguir abajo en la barra, son diferentes ideologías las que tenemos. La necesidad de entrar al estadio, estar con la barra". A decir de los barristas, ninguno de ellos denuncia por temor a ser excluidos del grupo. "Nadie se pregunta eso (el porqué no poseen su credencial).

Todos quieren entrar a ver al equipo y pagan su dinero, Isaías tiene el 'bisne'", comentó un barrista. Si alguien se inconforma, los cabecillas de los distintos barrios se encargan de meterlos en cintura, aunque los barristas entrevistados dijeron que sólo llegan al grado de expulsarlos, pero no les consta que haya golpes. Para credencializarse, los barristas deben recibir la "bendición" de sus líderes antes de realizar el proceso en el Club América. Diego Aguilar, líder de El Disturbio, pidió 50 pesos a CANCHA para dar el visto bueno, y así sucede con el resto de las personas que quieran ser parte del grupo.

LES IRRITA 'BISNE' DE LAS CREDENCIALES En una página de Internet, los miembros de la barra "La Mafia 48", la cual no está reconocida por el América, expresan su irritación por el negocio de barras como El Disturbio y La Monumental, el cual se transcribe a continuación: "El objetivo de la directiva del club América desde hace unos años les ha funcionado. Tener por todos lados del Estadio Azteca grupos de animación, debajo del Freedoom a un costado, estan las porras familiares, en el espacial bajo cabecera, se encuentra la monu-disturbio-club de fans de Memo Ochoa, y la general norte están los 48, a la directiva le conviene esto para tener el control, para tener a sus grupos consentidos y a los 'radicales'".

* Alteran barras registros El padrón de los grupos de animación del América tiene a muchos "barristas fantasmas". Miembros de las barras, entrevistados por CANCHA, denunciaron que los líderes de "El Disturbio" y "La Monumental" , en colaboración con Isaías Reyes, coordinador de los grupos de animación de las Águilas, credencializan a personas que no son fanáticos del equipo para que el negocio que hacen con las credenciales siempre tenga oferta asegurada.

"Se credencializan güeyes que a lo mejor le van a Pumas o Chivas, pero sacan los cartones y plásticos con diferentes fotos para que vuelva el mismo 'bisne'. "Un güey trae a 30 ó 40 (personas al club) a que se credencialicen, pero que nunca van a ir al estadio", expuso uno de los entrevistados.

CANCHA publicó ayer que los líderes de los grupos de animación azulcremas acaparan las credenciales expedidas por el Club y las venden a sus propios integrantes y al público entre 50 y 350 pesos para que las cambien por boletos de cortesía en cada partido de las Águilas.

La FMF calcula que hay alrededor de 4 mil 800 credencializados en el América, pero a decir de los sujetos entrevistados dicho padrón tiene a muchos "barristas fantasma". Pero la credencial expedida por el Club no es la única manera de entrar al Azteca en los juegos del equipo. Cuando los plásticos se terminan, porque la demanda en el partido haya sido muy alta, La Monumental vende contraseñas, es decir, cartones con la leyenda "La Monu 16", que tienen la misma utilidad y el mismo precio de las credenciales.

En 2 de las 6 ocasiones en que CANCHA realizó el ejercicio de las credenciales, se consiguieron las contraseñas para el duelo de las Águilas contra Monarcas y Toluca, del 20 y 27 de febrero, respectivamente. A escasos 10 minutos del silbatazo inicial, los barristas se forman afuera del acceso que da a la tienda de Nike y muestran el cartón que tiene un logotipo apócrifo del club, con la leyenda "Monumental, awante y locura", y el cual es canjeado también por un boleto de cortesía a la entrada del Azteca por lo que el negocio nunca acaba.

TU ENTRAS PORQUE ENTRAS. La actividad de los barristas comienza horas antes de los partidos del América. Los integrantes de El Disturbio y La Monumental se reúnen en la explanada del inmueble, frente a Calzada de Tlalpan, y en un predio ubicado en el número 3435 de dicha avenida. En 6 ocasiones en los pasados 5 meses, CANCHA constató la forma en que el negocio de la venta de credenciales opera de manera libre y fluida en las inmediaciones del Estadio Azteca. Al ingresar al predio, se aprecia a líderes de las barras como Diego Aguilar, "El Congo", Héctor y Ricardo Aguilar, "El Miguelón", "El Oso", "Mamalucha", "Trastor", "El Richie", "El Wendys" y "Argénesis" realizar la venta de credenciales mientras beben cerveza.

Entrar no cuesta ningún esfuerzo, pues el lugar está habilitado como estacionamiento y baño público. A pesar de que los barristas caminan por todo el lugar, la parte trasera es su preferida. El sitio está dividido por una carpa, que permite a los barristas convivir sin ser vistos por los elementos de la SSP-DF, que algunas veces se ubican afuera del mismo.

En todo momento, personas con playeras, gorras y pulseras del América entran y salen del predio. Mientras los líderes se reparten las credenciales, otros barristas consumen bebidas alcohólicas, ya sea dentro de una combi o en algunos de los carros estacionados. Las caguamas pasan de boca en boca, de hombres a mujeres, y viceversa. Pero el alcohol no es lo único que consumen. "Ja ja ja. No la guardé bien", dice uno de los barristas, al tiempo en que saca del pantalón una bolsa con marihuana, lo cual desata las risas.

Algunos se esconden en las esquinas del predio para fumar la hierba o inhalar estupefacientes. En sus pláticas los temas sobran: desde el desempeño del América hasta los negocios que harán con cohetes; desde la rivalidad con otras barras hasta la venta de credenciales. "¿Cuántas quieres?", le preguntan a todo aquel que pide una credencial. Los barristas guardan las credenciales y el dinero recaudado en cangureras y en bolsas de plástico. Una camioneta gris, marca Nissan, con placas KY63-428, es uno de los principales puntos donde se dan las transacciones.

En más de 2 ocasiones, CANCHA salió con credenciales compradas en el estacionamiento y procedió hacia la entrada del Estadio Azteca. La práctica de vender credenciales es tan común ya entre los barristas, que el ofertante ya no cuida ni siquiera que el comprador se parezca al barrista registrado, pues no hay revisión alguna de los plásticos. Las mujeres pueden entrar con credenciales de hombres y niños, y al revés. "Pero si ni me parezco", comenta una chica en uno de los ejercicios realizados por CANCHA. "Cállate, tú entras porque entras", responde el vendedor. Y como bien predijo, la mujer entra al Azteca sin ningún problema.





Negocio por todos lados El acceso para los grupos de animación del América, frente a Tlalpan y que da a la tienda de Nike, está cercado por elementos de la SSP-DF. A escasos 5 metros de los mismos, se reúne otro grupo de barristas con credenciales. Ahí, ofrecen al interesado: "Anímate, es una experiencia muy chingona, no tengas miedo. Te la dejo 'bara', de a 300, pero allá tú porque se acaban, ¿eh?", dice uno de los barristas, mientras muestra las últimas identificaciones de que dispone para el América-Pumas del 14 de noviembre anterior.

En esta zona, los líderes estrechan vínculos con quienes quieren una credencial para entrar. "Ándale, tómale", expresa otro barrista al tiempo que le pasa al comprador un botellón de 5 litros con una bebida alcohólica que parecía jugo de naranja. En lo que los grupos de animación se preparan para el partido, los líderes siguen enfocados en la venta de credenciales y entran y salen a placer del Azteca. Se mueven con tal libertad porque portan una acreditación que dice "Club América" y que tiene el logotipo del estadio. Además, se comunican a través de walkie-talkies. Si las credenciales se acaban, entran al inmueble para obtener más con un sujeto al que identifican como "Isaías", como se constató con 2 vendedores. "Deja le hablo al 'Isaías', a ver si tiene", dice a CANCHA uno de ellos luego de que se le pidiera una credencial. Tras corroborar que aún hay "mercancía", pide al cliente aguardar 10 minutos en lo que va por la credencial, y se va. Tras ese tiempo, sale con la credencial expedida a nombre de Gustavo Reséndiz, de la Porra Familiar 6 del América. Al igual que con ésa, se puede entrar al Azteca con las credenciales de Alan Martínez Becerra, Jesús Barrera Sandoval, Usiel Meralli Osio Hernández, Yean Carlo Enríquez Juárez, o del niño Javier Buendía Levario, todas ellas en poder de CANCHA, las cuales fueron adquiridas con los líderes de las barras. Ya con una credencial en la mano, basta mostrarla al personal apostado en la entrada del Azteca para que éste, sin comprobar la identidad de la persona, la intercambie por un boleto de cortesía.

Ni la fotografía, ni las huellas digitales, ni el código de barras, ni las marcas de agua sirven de nada. La credencial es depositada en una urna azul y al final, las identificaciones regresan a los líderes de los grupos de animación, listas para ser vendidas de nueva cuenta antes del próximo partido del América.