En el América están anclados en su pasado. Todo su trauma está centrado en lo buenos y populares que eran y lo malos e irrelevantes que son ahora. Sus campañas de publicidad en la crisis han estado llenas de fotos en blanco y negro y el betamax deslavado de la década de los ochenta. Ya despidieron al encargado de mercadotecnia, suspendieron la campaña de publicidad, corrieron al vicepresidente deportivo y al director técnico que alguna vez fue ídolo en la cancha y en la banca. Es momento de dejar ir y volver a empezar.
Aunque Alfredo Tena, el entrenador que ahora tomó al equipo, también podía representar a la nostalgia, lo que mostró en la cancha el sábado pasado es diferente. Mala puntería, mala fortuna, eso fue lo único definitivo en la derrota ante Pumas. Todo puede mejorar.
Empezando por el dueño, que tuvo la calma para tomar un emporio televisivo quebrado y resucitarlo, pasando por el figurín y decente presidente que nunca había fracasado y terminando por sus impacientes, soberbios y molestos aficionados. Todos tienen que hacerse a la idea que es momento de volver a empezar. De darle tiempo a Alfredo Tena que reconstruyó lo más endeble de las Águilas; sus fuerzas básicas. Paciencia, que alguna vez (entre el 74 y el 91) el Barcelona vivió 17 años con sólo un título y logró reinventarse para volver a ser el mejor.
twitter@rvbolio
roberto.velazquez@milenio.com
