Un integrante de la barra El Ritual de las Águilas del América, cuya identidad pidió ser resguardada, narra desde su visión la vida y el pensar de quienes componen estos grupos de animación en un ambiente de violencia, armas, drogas y futbol; un relato crudo que detalla cómo circulan los boletos que, aseguró, la directiva entrega a los líderes y la forma en que éstos lucran con los mismos
CIUDAD DE MÉXICO (Martes 28 de agosto).- Querer comprender la forma de pensar de una barra, encontrar respuesta a todos esos por qué generados por estas tribus, provoca un severo riesgo de quedarte con tan sólo una probada, con un ángulo mínimo de lo que realmente es el mundo de estos grupos de animación.
Por eso La Afición contactó a quien llamaremos Juan, ya que él mismo pidió el anonimato para poder hablar libremente de cómo es la vida y pensar de uno de los integrantes de la que, para muchos, y los hechos así lo confirman, es una de las barras más bravas y violentas del país: la del América. Juan y se ostenta como uno de los líderes de la barra El Ritual, una de los tres grupos de animación más reconocidos de las Águilas, junto a La Monumental y La Disturbio.
Y es él quien nos relata, nos guía por este mundo de violencia, drogas, armas y futbol: “Venimos a ver al equipo más grande (el América), y viajamos en armonía, sí bebiendo, fumando (marihuana), pero es parte del hincha, del barra brava, así como dicen: sexo, drogas y panrock”, confesó en la entrevista. Los viajes al interior de la República para ver al América jugar son, para el barrista, el momento de comunión y esparcimiento con el resto de la porra.
“Es lo que se vive en el camión, es una comunión muy bonita, vamos a provincia aunque toda la gente te abuchea, otros te aplauden y somos parte del club, igual por unos pagamos todos porque hay unos que viajan y tienen buenos estudios, buenos empleos, pero sí hay otros que van fumando y hasta aventándose unas líneas (de cocaína)”, apuntó. ¿Qué se consume en los camiones durante el viaje de la barra? “Lo que ve la gente en la calle; marihuana, cocaína, caguamas, vino”. La práctica de los saqueos a tiendas y súper mercados también es parte del modo de vida de los integrantes de las barras americanistas, que no ven la situación tan alarmante.
“De repente entras al Oxxo, ves algo mal acomodado y lo agarras, o sea, el 50 por ciento sí lo pagas y puede que el otro 50 por ciento no”, confesó Juan. ENTRE CUCHILLOS Y PALOS Juan, dijo, estudia derecho en la FES Aragón. Y aseguró que, como él, varios de los integrantes de las barra El Ritual cuentan con una licenciatura y empleos bien pagados, por lo que destacó que se traten de delincuentes en potencia, como algunos los califican. “Ser barrista no es ser delincuente, que quede claro, yo tengo estudios y pertenezco a la barra del América y no soy un delincuente”, señaló.
¿Van armados a sus viajes? “De repente las armas se cargan por si nos llegamos a encontrar barras rivales en la carretera, y ellos no te van a respetar y uno no se va a dejar tampoco y es cuando uno se baja y empieza la trifulca”. -¿Qué clase de armas portan? “Palos, puntas, tubos… armas de fuego nunca, eso es muy claro, armas de fuego nunca”.Juan tiene muy claro lo que pasa por su cabeza al momento de descender del camión para enfrentarse con miembros de una porra rival: “Lo único que pasa por mi cabeza es protegerme, que no me pase nada y, como dicen, de que chillen en su casa a que lloren en la mía, mejor que chillen en su casa”. El policía es, además del barrista del equipo rival, el peor enemigo de quienes integran estos grupos de animación. A decir de este líder de El Ritual, las fuerzas de seguridad son, en la gran mayoría de las veces, las que terminan por detonar la violencia en los estadios del país. “No siempre la culpa es de la barra, es culpa de la policía que no sabe hacer su trabajo, si llegara con orden y nos hablara con orden, creo que todos caminaríamos por el mismo paso”.
