lunes, 27 de mayo de 2013

Más que un título

Por Adrián Vargas para Tiempo Real.

América ganó algo más que su undécimo campeonato. Ganó algo que sólo se obtiene cuando se pone el corazón por delante, cuando nunca se bajan los brazos, cuando se vencen las adversidades, cuando se lucha incansablemente por alcanzar la luz aunque el panorama sea oscuro y tenebroso. América ganó respeto, admiración y hasta credibilidad, y eso es mucho más valioso que un trofeo.


Con razón o no, a través de los años, algunos logros del América fueron cuestionados. Aquella Final frente a Pumas, con el penosamente célebre arbitraje de Joaquín Urrea, o ésa en la que vencieron a su “hermano” Necaxa, son sólo algunos ejemplos. Pero hoy, nadie, ni el más recalcitrante antiamericanista, pueden poner en duda este increíble título. Por el contrario, hay que aplaudirle y agradecerle por tan magnífica actuación.

Porque lo vi, lo creo y sigo admirado de los jugadores del América. Faltaban sólo dos minutos para que acabara el tiempo regular, jugaban desde el minuto 13 con un hombre menos, habían rebotado en la defensa del Cruz Azul durante 178 minutos y necesitaban dos goles para mantenerse con vida… ¡Y lo lograron! Y por si fuera poco, en los tiempos extra, agigantados por tan memorable hazaña, fueron por más, y de no ser por Corona, hubieran rematado la obra con anticipación. En los penales, su corazón, su carácter y sus piernas se mantuvieron fuertes y fueron recompensados con justicia.

Proezas como la que vimos y, en cierta forma, vivimos este inolvidable domingo 26 de mayo de 2013 son el claro ejemplo de la verdadera grandeza. No son necesarias las campañas publicitarias “Ódiame más” o “América es grande, muy grande”, que en nada ayudan a construir mejores aficionados al futbol. América es grande por partidos como éste, no por fanfarronerías.

¡Felicidades, América! ¡Eres un gran Campeón, nada ni nadie puede demeritarte!