martes, 24 de septiembre de 2013

América... aplanadora inmune a la Campeonitis

POR RAFA RAMOS PARA ESPNDEPORTES.COM 


LOS ÁNGELES -- Dos soberbios goles. Un dominio innegable. Derroche de compromiso y espíritu de sus jugadores. América sigue dominando la Liga MuyEquis, aun con dos partidos pendientes.

Pasó por encima de Jaguares en todos los terrenos, y el 3-1 es un certificado insuficiente para premiar esa superioridad. Las anotaciones de Sambueza y de Layún le ponen además vistosidad al desenlace ante un adversario como Chiapas, que llegaba reclamando respeto, que llegaba exigiendo atención, y que además desarrollaba una atmósfera de morbo por los careos verbales entre los técnicos.




¿El diluvio sobre el Estadio Azteca afectó? Sin duda. Pero no debemos olvidar que quienes están más expuestos a ese tipo de inclemencias son los propios jugadores chiapanecos. Al final, las calamidades de la lluvia se sintieron en ambos equipos, sólo que fue evidente que América descifró mejor las urgencias en el manejo de la pelota que les marcaba la cancha.



Y es necesario enfatizar que Jaguares es un equipo con oficio, con jugadores de largo recorrido en el fútbol mexicano, con nociones claras de las exigencias de enfrentar al América, y de las mismas adversidades de la lluvia, para no caer en el deterioro del mérito de las Águilas. El primer reconocimiento para Miguel Herrera debe ser la inoculación saludable de sus jugadores ante esa epidemia reincidente de la Campeonitis.



El equipo mantiene el hambre intacta. Asumió y asimiló de manera inmediata las perspectivas del recambio de escenarios. Es simple en el papel, pero complicadísimo en la práctica, al grado que sólo Hugo Sánchez con Pumas ha conseguido un bicampeonato en la historia de los torneos cortos. America entendió que siendo campeón todo había cambiado, pero entendió que nada había cambiado.

Es decir, todo había cambiado al romper ese ayuno insoportable para el americanismo de ser campeón, pero también entendió que no había cambiado nada en su línea de responsabilidades y de obligaciones.

Ojo: esto no significa que las Águilas aseguren con este paso el bicampeonato.

Aún falta la aduana más compleja y entrampada de la competencia, como lo es la Liguilla misma, y para meterse a ella, de acuerdo a la frialdad de los números y los antecedentes, sólo necesita de una victoria más para asegurarse un sitio entre los ocho invitados, pues históricamente con 25 puntos, se amarra el boleto a la Fiesta Grande.

Y con ello, llegan otras calamidades y maldiciones, como eventualmente la del superlíder e incluso la incomodidad para los entrenadores de ver como los jugadores se aburguesan cuando se saben clasificados con tanta anticipación. Sin embargo, hasta el momento, Miguel Herrera ha establecido que sabe manejar las herencias malditas o perniciosas de los campeones. Veremos si es así en lo subsiguiente.

Por lo pronto, ese mote de Aplanadora Amarilla, que ya incomoda a muchos y causa estragos estomacales a otros, parece encajar perfectamente al América, a la espera de la sacudida que pretendan darle en su momento, equipos que juegan muy bien como León y Morelia, y que el mismo Santos ratifique que su victoria fue una épica incuestionable y no un accidente.