jueves, 19 de diciembre de 2013

El León no es como lo pintan

El León se salvó por un milagro de que lo golearan. El América fue infinitamente superior a ellos en los 180 minutos. Dejemos a un lado la pasión y analicemos lo que sucedió realmente.

El dueño de la pelota en los 180 minutos fue el América. El equipo que más generó opciones de gol, claras y no tan claras, fue el América. El León jugó al contragolpe los dos partidos. Porque así jugó los 180 minutos. Esperó al América, y terminó metiéndole cinco goles. El León no tuvo la pelota, cedió la iniciativa y corrió muchos riesgos. Se salvaron de milagro. Entre Yarbrough y los deficientes remates del América, hicieron que el León terminara solo con un gol en contra.

Pero eso de decir que el León juega muy espectacular, bien, notable, dista mucho de la objetividad. León salió campeón porque el América falló 35 remates a gol. El arco estaba cerrado para el América. Y tampoco todo fue culpa de Mina; el ecuatoriano nunca jugó, no estuvo en la cancha gran parte del torneo.

¿Cómo quieren que haga goles si no juega? ¿Cómo quieren que esté en ritmo si no juega? El que falló una infinidad de pases fue Sambueza, él sí estuvo bajo de nivel, pero los demás no lo creo.

Para mí, el equipo que debió haber sido campeón es el América. Fue el que propuso. Cuando a Matosas le preguntaron acerca de cuál era la clave para que el León jugara tan bien, contestó: “Trabajo, trabajo y más trabajo, esa es la clave, seguir trabajando”.

Momento, si el rival falla 35 remates a bocajarro, ¿ése es trabajo? Yo vi que desbordaron al Aris Hernández cuantas veces quisieron. Vi que la defensa estaba hecha nudo.

Vi a los delanteros del América fallar en el área chica, en el área grande y en cualquier lado. Mis respetos para el contragolpe del León, fueron contundentes en los momentos en que peor jugaban.

Sí, ésa es la verdad. Cuando peor jugaban, anotaban los goles, ¿de locos, no? Seamos sensatos, cautos y analicemos las cosas como son, no como queremos que sean. Bien ganado por el León, con mucha suerte, con parte de fortuna que siempre un campeón tiene que tener, nada más que ahora sí exageraron mucho. Suerte, suerte y un buen contragolpe.

guillermo.gonzalez@milenio.com

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