miércoles, 21 de septiembre de 2016

5 reflexiones sobre la salida de Ignacio Ambríz como DT americanista

Ignacio Ambríz, en Seattle



  1. Las buenas intenciones no son suficientes en la era de los hashtags, peor aún cuando lo viral se convierten en gritos reales como el #FueraAmbriz. Y el proyecto de "Nachito" se quedó en lamentos y disculpas tras las derrotas, que tampoco alcanzaban a justificar su permanencia como entrenador americanista.
  2. Los destellos de buen fútbol quedaron en eso. Algunos partidos con el desarrollo de fútbol asociación, pero sin ser brillante. Y eso fue parte de la falta de capacidad y lectura de los juegos.
  3. En la historia quedará un logro, como lo fue el título de la Concachampions. El éxito que obtuvo ante Tigres [UANL] dejó al equipo como bicampeón del certamen (situación que tampoco es fácil de conseguir) y el más ganador de toda la CONCACAF. La remontada ante Cruz Azul (3-4) solo quedará en la anécdota; será un bonito recuerdo y ya.
  4. Muchos criticaron su llegada, por el perfil, los pocos éxitos en su carrera como estratega y su pasado rojiblanco, que a pesar de ser necaxista no comulgaba con el ADN americanista. ¿Cuántas tardes se criticó su forma de querer amarrar los resultados?
  5. El divorcio se consumó cuando el americanismo respondió al llamado; mientras celebraban a sus medios históricos, el León le daba otra lección a la gestión de Ambríz. Los oportunistas abandonaban la tribuna, mientras otros americanistas pedían con fervor su salida. Basta recordar la última imagen de "Nacho" como estratega del club en el Azteca: Caminaba hacia los vestidores, solitario, escuchando el grito intolerante del americanismo que pedía que su cabeza rodara. Menos de 24 horas después se anunció el final de su gestión.
* El agregado: Quizás el último pecado de Ambríz fue borrar de la cancha al "Chepe" Guerrero, pues siendo su mejor hombre, o al menos el que daba fortaleza en medio campo y al sector defensivo, terminó jugando en la banca, relegado por Javier Güemez, pero esa es otra historia. 

Foto: Ambríz a las afuera del "The Westin" en Seattle.