- Las buenas intenciones no son suficientes en la era de los hashtags, peor aún cuando lo viral se convierten en gritos reales como el #FueraAmbriz. Y el proyecto de "Nachito" se quedó en lamentos y disculpas tras las derrotas, que tampoco alcanzaban a justificar su permanencia como entrenador americanista.
- Los destellos de buen fútbol quedaron en eso. Algunos partidos con el desarrollo de fútbol asociación, pero sin ser brillante. Y eso fue parte de la falta de capacidad y lectura de los juegos.
- En la historia quedará un logro, como lo fue el título de la Concachampions. El éxito que obtuvo ante Tigres [UANL] dejó al equipo como bicampeón del certamen (situación que tampoco es fácil de conseguir) y el más ganador de toda la CONCACAF. La remontada ante Cruz Azul (3-4) solo quedará en la anécdota; será un bonito recuerdo y ya.
- Muchos criticaron su llegada, por el perfil, los pocos éxitos en su carrera como estratega y su pasado rojiblanco, que a pesar de ser necaxista no comulgaba con el ADN americanista. ¿Cuántas tardes se criticó su forma de querer amarrar los resultados?
- El divorcio se consumó cuando el americanismo respondió al llamado; mientras celebraban a sus medios históricos, el León le daba otra lección a la gestión de Ambríz. Los oportunistas abandonaban la tribuna, mientras otros americanistas pedían con fervor su salida. Basta recordar la última imagen de "Nacho" como estratega del club en el Azteca: Caminaba hacia los vestidores, solitario, escuchando el grito intolerante del americanismo que pedía que su cabeza rodara. Menos de 24 horas después se anunció el final de su gestión.
* El agregado: Quizás el último pecado de Ambríz fue borrar de la cancha al "Chepe" Guerrero, pues siendo su mejor hombre, o al menos el que daba fortaleza en medio campo y al sector defensivo, terminó jugando en la banca, relegado por Javier Güemez, pero esa es otra historia.
Foto: Ambríz a las afuera del "The Westin" en Seattle.