El Centenario americanista está lleno de emociones; no podemos decir que todo es alegría, pero si existe un punto a destacar. Los resultados durante el torneo han sido, en un aspecto general, humillantes para el equipo. Ante León fue una nueva noche triste; sin embargo, el aliento no faltó y los hinchas que siempre están detrás del arco volvieron a demostrar que su naturaleza no es abandonar ni reventar.
Del juego hay mucha tela de donde cortar. Por ejemplo, la titularidad de Javier Güemez y la inexplicable salida del «Chepe» Guerrero como contención natural. Lo borraron y feo del esquema. Oribe Peralta no puede sacar el barco a floro sólo y por difícil que cueste creerlo, la ausencia de Darwin Quintero se notó, ya que justo vivía el mejor momento desde que llegó al equipo. Y al contrario, los errores defensivos de Paolo siguen costando puntos. De igual manera, es evidente la "pachanga" que se traen en lo táctico. Y ahí sí todo es culpa del entrenador.
Así llegamos al punto medular de esta noche: Ignacio Ambríz. La silla terminó por comerlo, y la gente firmó el divorcio con el entrenador. Y aunque en la tribuna popular solo hubo aliento incondicional, también existió otra voz en el Azteca.
Quizás el grito de #FueraAmbriz es parte medular del guión que la historia tiene preparada para los 100 años del equipo.