Cada amigo y familiar del defensa del América llegaban emocionados con muchas ganas de verlo, con un obsequio en la mano junto con un pastel o gelatina, preguntando de su salud.
En el patio, las mesas ya estaban preparadas con manteles largos, y en el centro de ellas un canasto adornado con papel china lleno de dulces típicos de México, tales como amaranto, alegrías y palanquetas; en las paredes escarchas colgadas con los colores de la bandera, armonizaban el lugar. En el interior de la casa, a un lado del comedor, había mantas del Club América que demostraban cuanto aprecian a Sánchez, con frases como: "Estamos contigo, Carlos", una pared llena de cartulinas de colores fosforescentes hechas por sus amigos y familiares con mensajes de apoyo y admiración, junto a la ventana un póster con su fotografía del piso al techo.
Por fin, el esperado momento: salió el americanista con una sonrisa que decía lo feliz que se encuentra al estar de regreso en su casa; junto con su terapista que en ningún momento se alejó de él, ayudándolo en todo lo que se podía; todos se quedaron en silencio con una cara de admiración por lo bien que se veía a tan sólo un mes de lo ocurrido; familiares y amigos se acercaron a él para abrazarlo y besarlo.
El pozole hecho por Yolanda Romero fue una delicia y muy pronto la reunión se tornó amena, donde familiares y amigos celebraron en grande. Carlos, por supuesto, fue el primero en comerse un buen plato de pozole.
Recorrió toda su casa, en compañía de uno de sus enfermeros, bromeó con todos y hasta volvió a repartir autógrafos.
Luego de unos minutos en el patio, se metió a su casa para sentarse un rato y ahí platicar junto a sus amigos.
Carlos dijo que se sentía muy bien, que va evolucionando más rápido de lo esperado, que estaba contento por ello; comentó que en sus pasatiempos escucha música "me gusta todo tipo de música y la que más escucho es electrónica", finalmente, declaró que hace terapia tres veces al día y que con eso se siente muy bien.
DEL TRIUNFO AMERICANISTA EN SAN LUIS: Vi al equipo más paciente y mucho más inteligente.
"CHIQUIMARCO", DURO EN LA CANCHA, PERO BUEN AMIGO
Con mucha fe, el árbitro
DURANTE la comida con Carlos Sánchez, llegó el árbitro Marco Antonio Rodríguez junto con su esposa, quienes expresaron su afecto hacia el americanista.
Marco Rodríguez dedicó unas palabras a todos, familiares y amigos, en especial al defensa, éstas eran de agradecimiento a Dios y de la fe que se debe de tener por el milagro que hizo con el americanista.
LUPITA, una PORRISTA de 60 AÑOS
Su ídolo, Carlitos
LA señora Lupita, con sus 60 años a cuesta pertenece al "Ritual de Kaoz", barra del equipo América desde hace 7 años; sus ídolos son Carlos Sánchez y Guillermo Ochoa.
Y aunque la fiesta estaba muy buena, según el propio Carlos, tuvo que retirarse a descansar debido a un dolor de cabeza y a realizar su última terapia del día. Sin embargo, una vez cumplidas sus obligaciones, salió a comerse otro plato de pozole en compañía de Rodrigo Iñigo, Germán Villa y Guillermo Ochoa.
VILLA HABLA POR SUS COMPAÑEROS
Germán Villa, volante del América, fue el único compañero que estuvo con Carlos Sánchez en la comida que ayer le organizaron, con motivo de las fiestas patrias. A pesar de haber jugado antier, Villa llegó contento y quiso dejar de lado el triunfo sobre San Luis para hablar de la pronta recuperación de su amigo.
"Estamos contentos por él, siempre ha sido un joven muy entusiasta y nos da mucho gusto que se esté recuperando de esta manera, le hemos brindado todo el apoyo y nos sentimos muy bien
Me gusta ayudar a los jóvenes que van saliendo; siempre lo he hecho, la verdad no sólo con él, no quiero que ellos pasen lo que yo pasé", argumentó Germán.
Carlos invitó a sus demás compañeros, pero lamentablemente no pudieron llegar, sin embargo el apoyo a éste no faltó. "Sí, los invité pero no pudieron venir por otros compromisos que tuvieron", dijo el americanista.
El celular de Sánchez no dejó de sonar durante toda la reunión, lo que demostró que a pesar de la distancia, el integrante de las Águilas pudo recibir el cariño de sus compañeros.
ALFONSO DÍAZ: "No hay que ponerle límites. Nadie pensó que fuera a recuperarse así de rápido. Apenas la semana pasada salió del hospital y ya comienza a caminar. Hasta visitó a sus compañeros. Sin duda tenemos que esperar por lo menos de un año y medio a dos para saber qué secuelas quedaron, pero es un muchacho muy fuerte y no me sorprendería que lo pudiera hacer, a pesar de que se ha dicho que no", comentó.