miércoles, 2 de junio de 2010

¡Cuidado con lo que se dice!

Hay días en que Manolo Lapuente piensa con la boina y no con la cabeza. El flamante técnico americanista habla ahora de un México finalista en Sudáfrica.



BRISTOL -- El problema no es lo que se dice. El problema es quién lo dice.

Manolo Lapuente, un hombre a quien la historia del fútbol mexicano debe considerar entre los cinco o quizá tres mejores entrenadores de todos los tiempos, no pierde tiempo para ubicar a México entre los finalistas del Mundial y para levantar la mano y decir que esta listo para tomar el timón de la selección mexicana por tercera ocasión en su carrera.

Me da gusto ver a un Lapuente nuevamente activo. La camiseta del América lo vuelve a ubicar en un sitio preferencial de la opinión mediática futbolística y en un hombre que puede ser capaz de inclinar la balanza hacia un lado y hacia el otro. Él sabe que tiene ese poder, que mucha gente le cree, que muchos confiamos --o confiábamos-- en su sabiduría, experiencia y brillantez, una brillantez ganada a pulso en la cancha de futbol.



Pero el mismo Lapuente ha vivido toda su vida cerca de esas "lagunas mentales" o mejor llamémosle "despistes" que juegan contra su intachable capacidad de dirigir equipos campeones y su nunca dudosa credibilidad. No olviden que los hechos, las estadísticas, siempre confirman su presencia junto al de figuras legendarias de nuestro futbol como Don Ignacio Trelles, José Antonio Roca y el Güero Cárdenas.



Hay que analizar, sin embargo, la extraña procedencia de las nuevas declaraciones de Lapuente.



Decir que México tiene la calidad para terminar como finalista es una forma de presionar directa o indirectamente a Javier Aguirre, un enemigo no declarado de Lapuente y un enemigo no declarado del promotor y hombre fuerte del ahora entrenador del América. Justo después de decir eso, Lapuente agrega que le encantaría volver como entrenador de México por tercera ocasión.



Hay que cuidar lo que uno escucha. El problema es que lo está diciendo uno de los hombres más importantes en la historia del fútbol mexicano. Lo está diciendo una autoridad, un tipo que sabe de la cancha y que conoce, quizá mejor que nadie, al fútbol y al futbolista mexicano.



Hay intereses de por medio. Hay un juego de poder, por el control, hay una batalla sucia por dinero, por jugadores, por directivos, por entrenadores. Y yo creo que Lapuente, hace años, que está metido en eso.



Alguna vez, ese mismo Lapuente dijo en un programa de televisión donde yo estaba lo siguiente: "Cuauhtemoc Blanco es mejor futbolista que Zinedine Zidane".

Así que tomemos las cosas con calma y tratemos de no confundirnos. Y es que hay días donde Lapuente piensa con la boina y no con la cabeza.