Atestiguamos el operativo de vigilancia en el partido Querétaro vs América del sábado, así como el escrutinio a que son sometidos los aficionados
Pero no. Sólo se trata del operativo de seguridad montado para recibir a los camiones de las porras del América, que esta tarde enfrentarán a los Gallos Blancos en La Corregidora, en un partido considerado de alto riesgo.
Los recientes antecedentes de violencia en la casa del Querétaro y la muerte de Cristian Bringas, joven porrista del América, tras un choque entre estas barras en enero pasado, ha encendido la alarma en las autoridades queretanas. Y no es para menos. El filtro termina por ser efectivo. Como el grafitti lo anuncia, el Party Bus, uno de los camiones detenidos que transporta a porristas del América, es un chiquero: sólo de ahí se incauta marihuana, solventes, decenas de bebidas embriagantes.
Ya en La Corregidora, las autoridades tienen un verdadero bunker, compuesto por cerca de mil elementos, que tiene como su autor intelectual al capitán Adolfo Vega Montoto, secretario de Seguridad Ciudadana del estado, criticado agriamente por lo que muchos consideran brutalidad por parte de sus elementos que termina por detonar hechos violentos en el estadio. Él no lo cree así. “No son atribuibles a la policía, no vas a requerir un policía para cada elemento de la porra, son situaciones y no acepto que sea un estadio rijoso o un punto rojo, acepto que en materia de seguridad depende mucho el papel del árbitro y el resultado del partido”, destacó.
En el centro de mando de La Corregidora se encuentran reunidos representantes de todas las fuerzas de seguridad del estado, incluidos bomberos y protección civil. Todos vigías estrictos de cada uno de los movimientos en la tribuna, al tanto de cualquier brote de violencia o eventualidad. En la caseta del sonido local, el circuito de cámaras de seguridad cuida hasta el más mínimo detalle. No hay un rincón que quede fuera del ojo de este sistema.
“Estamos coordinados con Policía Federal, municipios, procuraduría y la Secretaría de Seguridad Ciudadana y, con todo respeto, conozca nuestros esquemas de seguridad y verá que cumplimos con los protocolos más sofisticados no sólo de este país, sino del mundo”, aseguró. Y el capitán pudiera tener razón. A las afueras del estadio, la unidad móvil de control posee lo último en tecnología para detectar brotes de violencia o delincuencia. Con cámaras que giran 360 grados, con un zoom de 700 y ubicadas a tres metros. Este camión es una verdadera joya.
“Buscamos puntos clave, en ese momento el personal está capacitado para detectar a la persona que está delinquiendo o incitando a la violencia, es incluso detectar algún delito o conducta que no cuadre con el evento deportivo”, relató César León, operador de la unidad.
La policía canina es otra de las joyas que presume Vega Montoto. Estos perros están entrenados para actuar en caso de riñas colectivas, dispersar grupos y hasta someter a delincuentes. Basta de un pequeño jalón a su correa y un grito para que estos animales sean herramientas infalibles. Y es que para el secretario de Seguridad, el uso de la fuerza no puede estar descartado en la búsqueda de mantener el orden.
“El uso de la fuerza debe ser progresivo y de acuerdo a las necesidades, debe ser un uso racional de la fuerza, los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana están entrenados para ello y prueba está que uno está lastimado de un labio a otro, le abrieron con una piedra y eso no es noticia”, dijo. La utilización de riles de gotcha para dispersar a las porras visitantes esotro de los métodos que han sido duramente criticados de la policía queretana. Pero Vega Montoto descartó por completo que esta práctica siga vigente.
“Este asunto está totalmente prohibido, alguna vez se utilizaron, ya ha quedado prohibido para evitar situaciones de riesgo porque el uso de la fuerza debe ser racional. Históricamente se utilizaban, yo los suspendí, Secretaría de Seguridad Ciudadana, ninguno porta esa clase de armamento, puede usted revisarlos”, mencionó Las Águilas han goleado al Querétaro. La policía no quiere otro trago amargo como el de la muerte del porrista americanista en enero pasado y cumple con el protocolo de acompañar a los camiones de las barras hasta los límites del estado. Al final, saldo blanco.