Desde el Mundial de México 1986, el Estadio Azteca no lucía sin mallas protectoras.
A partir de este viernes, en el inmueble no existen rejas que obstruyan la visibilidad. Después de retirar los 420 metros lineales de malla, se procederá a la colocación de la misma longitud de alambre de púas, que inhiba la invasión de cancha.
"El visitante va a sentir la presión terrible porque si de por sí te aplasta el monstruo, ahora que lo tienes sin ninguna barrera vas a sentir el público y el peso de la gente en la espalda de una manera impresionante", explicó Raúl Barrios, coordinador de operaciones del inmueble.
Los policías ahora se ubicarán en la fosa del Azteca para evitar la intromisión. Además, se reforzará su presencia en la zona de bancas para que el público se abstenga de agredir a los futbolistas que realicen calentamiento.
Se calcula que el miércoles estén terminados dichos trabajos, para dejar el inmueble a punto, previo al partido de Eliminatoria Mundialista entre México y El Salvador el 10 de octubre.
También un sector del costado opuesto, el oriente, la malla ya fue removida. La cabecera norte, que corresponde a la salida de los vestuarios, se mantuvo intacta.
Cabe señalar que por seguridad de los jugadores y cuerpos técnicos que disputen algún partido en el Azteca, se preservó una malla protectora detrás de los banquillos. También habrá más policías custodiando esa área para evitar agresiones cuando los futbolistas estén realizando ejercicios de calentamiento.
Otra de las innovaciones que implementarán las autoridades del Coloso de Santa Úrsula será que los elementos de Seguridad Pública se ubicarán dentro de la fosa para detener cualquier intento de invasión de campo.