Munguía era un espléndido "clavadista" del área. Heredero de las glorias del Actor Rubén Anguiano, por la garantía de engañar a los árbitros, El Fanny era un extremo izquierdo que por lo regular ingresaba de cambio. "¿Cómo olvidar la temporada 1990-91?", cuestiona, última de su carrera deportiva, siempre en defensa de los colores azulcremas.
Concluida su trayectoria futbolística, Efraín ingresó a la empresa: "Me pusieron a estudiar, acabé la preparatoria, una licenciatura, tengo posgrado y aquí me quitaron lo burro. Se dio la oportunidad, pero para ello tenía que estudiar y me dediqué a todo esto", rememora.
Nostálgico, recuerda que "antes había extremos, ahora no los hay, es más físico el futbol; en el pasado no tenías que estar tan fuerte para jugar, ahora se van por la estatura y el físico, es muy diferente".
Aunque Santos Laguna es el equipo de su empresa, Munguía conserva tatuados los colores americanistas, pero no le agrada cómo juega, con todo y los esfuerzos de la directiva con el regreso del estratega chileno Carlos Reinoso. "Le sigo yendo al América, mas no me convence. No divierte como antaño, que era un futbol espectacular. Siento que al América le faltaron al respeto y hay que volverlo a ganar", propone el bajito ex futbolista.
Ahí, en los campos de la cervecería, El Fanny juega en una liga interna, donde "a veces me echo la cascarita, en el equipo de recursos humanos", para revivir sus clásicos "clavados".