Michel Bauer ha engañado a todos, pero sin mentirle a nadie. Parece un contrasentido. Lo cierto es que el presidente americanista pagó sus bisoños primeros meses como presidente del América.
Dignamente aceptó ser víctima, indignamente promete ser un cruel verdugo.
Es, utilizando la deliciosa épica de Alejandro Dumas: "El Hombre de la Máscara de Hierro", el hombre de hierro sin máscara que estará a cargo de las Águilas.
Ya le revelamos aquí hace semanas que el "Pelado" estaba listo para "pelarse" a Argentina.
Ramón Ángel Díaz cerró el regreso con River Plate y volvió, como se dijo en su momento, sólo para finiquitar su relación con las Águilas de la manera menos amarga, dolorosa y conflictiva posible.
Michel Bauer le refutó simplemente que si desertaba sería inhabilitado ante la FIFA por los tres años de contrato y no podría desempeñarse como técnico en ninguna parte del mundo, como procedió el Atlético de Madrid con Carlos Bianchi.
El "Pelado" entendió que no podía burlarse del América.
Bauer, con delicadeza sorprendente, cercenó los afanes de renuncia de Díaz y dejó en situación casi cordial el camino al técnico argentino.
Luego de quedar lampareado y perplejo como conejo en carretera por su debut en un circo avieso, conflictivo, sucio a veces, pernicioso, como es el futbol mexicano en esa periferia que enlaza cuerpo técnico, promotores y directivos, Bauer pagó la cuota.
Esta vez ha empezado a operar con dureza.
Quedaba la duda de si el hombre que revitalizó financieramente con campañas y propuestas a la cabeza de Televisa, como Azcárraga Jean, de repente estaba desarmado e impotente ante el mercado agreste, de golpes bajos que es, en los linderos ajenos a la cancha, cualquier balompié con disparadas y disparatadas prebendas.
Bauer, según se le describe en Televisa, es un hombre astuto, duro, hostil si es necesario, en el momento de negociar y reclamar disciplina, incluso por momentos su personalidad llegaba a ser temible porque tras ciertas tolerancias al error o la negligencia, luego era, simplemente, inquebrantable.
Es decir, el hombre de la voz afable, modulada, de maneras y modales educados, era el hombre que estuvo engañando a todos, pero sin mentirle a nadie.
Hoy, ha dejado en claro que no permite que se le cuestione. No es el presidente del América ya solamente. Es el hombre fuerte del futbol de Televisa.
Lo cierto es que el corazón no se entromete en la toma de decisiones.
El fin justifica los medios y puso las prioridades muy claras.
1.- Resucitar al América, que es el emblema de la empresa entre los mexicanos, toda vez que telenovelas y reality shows son el estandarte entre las mexicanas.
2.- Rescatar al Necaxa a cualquier precio, porque el gobierno de Aguascalientes amenazó con bajarse del barco. Por eso desmanteló al San Luis, presionó a Raúl Arias a que dijera sí, tras haber dado un tajante no.
Necaxa en Primera División tiene un precio en millones de dólares, y en Primera División "A", tiene un menosprecio de millones de olvidos. Es capital que debe rescatarse.
3.- ¿San Luis? Tiene un acumulado en la tabla de porcentajes que le permite vivir en la inopia, en el abandono, hasta dos años sin riesgo tangible de descenso. ¿La afición de San Luis? ¿A quién le importa?
El mismo Bauer confió que los ocho jugadores seleccionados no fueron sólo decisiones de Díaz, sino además fueron tamizadas, filtradas, a través de los criterios de él mismo y de Jaime Ordiales.
"Es el juicio del cuerpo técnico y también de Jaime Ordiales y el mío. Entre los tres decidimos los refuerzos", explicó Bauer a este reportero.
Cuando Juan Antonio Luna estaba anunciado para hacerse cargo del San Luis, Bauer detuvo la maniobra y sin contemplaciones dejó que explotara el berrinche senil del "Zurdo" López.
El "Cabezón" Luna será la guillotina rondando el Nido de Coapa. Si "Pelado" Díaz no da los resultados requeridos, será invitado a renunciar y no a ser despedido.
Bauer externó ayer el libro de cargos y exigencias para el técnico del América.
"Queremos ser este año el primer equipo mexicano en ganar la Copa Libertadores", explicó, aclarando que para llegar a esa instancia hay que ganar el InterLiga este enero.
Y hay más: "Hay que ganar siempre los Clásicos, eso lo tenemos en claro todos en América".
Y por si fuera poco: "Pretendemos dar al América este año un nuevo título, hemos trabajado buscando refuerzos para ello".
Y aceptó que el futuro de Díaz está condicionado a conquistar las metas previstas.
Incluso ayer Federico Insúa dijo que aceptó irse al Necaxa, sólo a préstamo, porque tiene la "sensación de que [el ‘Pelado’] no va a durar mucho, y la directiva quiere que yo regrese al América".
Por eso, parece que Michel Bauer nos engañó a todos, pero sin mentirle a nadie… y menos aún a quien mintió a todos, sin engañar a nadie: Ramón Ángel Díaz.