Frontal, claro en sus conceptos, sin esconder nada y con absoluta educación y conciencia, Chucho abrió esta charla, interesante de principio a fin: “Me voy cumpliendo mi contrato, cumpliendo los objetivos trazados a mi llegada. Fue sacar al equipo de la zona de descenso. Estaban en el lugar 14, y la próxima campaña arrancarán en 5 de porcentaje. Se clasificó dos veces seguidas a la liguilla, que durante mucho tiempo no se había logrado. Hicimos un equipo equilibrado que defendía y atacaba. Tuvimos casi siempre muchos goles a favor y dentro de todo esto era debutar jugadores de básicas, que se cumplió también”.
Jesús quería lo máximo con las Águilas: “Mi mentalidad siempre era ser campeón, pero la situación dramática y atípica con lo de Chava, suspensiones, las lesiones y algunas situaciones más complicadas, mermaron al plantel. No obstante, la directiva, cuerpo técnico y jugadores luchamos y logramos clasificar. La verdad que la falta de gol nos dejó fuera de la liguilla”.
Se va en paz y con tranquilidad: “Para mí, fue buena la experiencia. Agradezco a la directiva que confió en mí. Valoro a los jugadores, que se sumaron a mi propuesta y realmente a mi cuerpo técnico por su apoyo y colaboración”.
Se la jugó con chavos: “Hablé con la directiva. Solicité algunos refuerzos, pero no fue posible traerlos. Te comentaba, queríamos debutar chavos de básicas. No fue en la mejor situación para ellos, la más favorable. Se cumplió en ese rubro. Todos los chavos, como García, Acuña, González, Reyes, colaboraron muy bien para la clasificación del equipo e hicieron buen trabajo, apoyados por la gente de experiencia”.
Sabe que el no ser campeón le costó el no seguir: “Yo creo que sí. Desafortunadamente la primera temporada nos quedamos octavos y no clasificamos. Las dos siguientes, haciendo memoria, se calificó y nos quedamos fuera por falta de gol. Sí fue determinante esto”.
También sabe que el factor mediático con fuertes comentarios pudo influir, pero sabía los riesgos de ser director técnico americanista: “Seguramente sí tuvo que ver. Yo sabía que llegar a América generaba esta situación. Asumo esta responsabilidad”.
Respeta las opiniones: “Te soy sincero. En un principio me molestaban mucho los ataques sin fundamentos. La verdad, era una pérdida de tiempo. Lo mejor era concentrarme en mi trabajo, mentalizarme y cerrar filas”.
Sabía que dejando selecciones, América era otro mundo: “La verdad que para mí, selecciones nacionales fue algo muy especial en mi carrera, sobre todo por el Mundial Sub-17, los procesos 15, 17 y 20, más dos partidos de etapa mundialista con la Mayor, fue especial. Yo quería dirigir en Primera, y fue interesante llegar al América en la problemática que tenía, y con orgullo asumí esa responsabilidad”.
Deja bien puesto que no necesariamente hay que haber jugado en el América para quererlo y dirigirlo: “No. Claro que no. Es atractivo estar en el América. Es impresionante. Yo no nací ahí, pero me sentía orgulloso de dirigirlo, porque es de los equipos grandes de México. No debo nacer ahí para querer y admirar, más respetar esa camiseta”.
Los ex americanistas hablaron mucho y tomó lo que le sirvió: “No me pesaron (los comentarios). Quizá en la gente y la prensa. Algunos eran interesantes, algunos con falta de respeto. Ver de quién vienen. Siempre tuve apertura de escuchar y analizar. De los que hablaron y dieron una opinión interesante, las valoré, otras las dejé pasar”.
Siempre dio la cara: “No tengo nada que ocultar. Mi gestión fue transparente. Dije lo que pensaba. No fueron declaraciones espectaculares que se esperaban. Desde que llegué hasta que me fui, traté de ser objetivo y libre con los medios”.
Ha recibido muestras de cariño de sus ex jugadores: “Son de las cosas que uno deja en el camino. Me ha gustado una buena relación con mis jugadores y no fue la excepción. Agradezco a los que se han interesado por mi cuerpo técnico y por mí. Les valoro y agradezco el esfuerzo que hicieron en la cancha. La verdad que estoy agradecido, las palabras de los muchachos y lo que hicieron en la cancha me dejan contento. Les aprendí. Les deseo una mejor temporada en lo que viene”.
Tenía un grupo sólido, aunque la opinión pública dijera o manejara lo contrario: “Teníamos problemas, como cualquier equipo en su momento. La mayoría del grupo estaba compenetrado con la idea y lo que deseamos. Valoro esa unión con el club y el cuerpo técnico”.
No bajará los brazos: “Quiero seguir dirigiendo, en México o el extranjero. Debo seguir aprendiendo y capacitándome para que llegue otra oportunidad”.
Y así se despidió: “No hay soledad en el timón. Hay millones de directores técnicos en el América. Eso es complicado. Vuelvo a confirmar que los valores son fundamentales más allá de lo futbolístico y deportivo. Eso me solidifica para dirigir. Tengo una familia que me apoya, pase lo que pase. Mi familia, mis amigos, mis jugadores, me han dado apoyo y solidaridad, hay gente importante para la que trabajas porque somos un ejemplo para mucha gente. Dar lo mejor de cada uno es lo mejor. He recibido muestras de cariño también en la calle, y quiero aprovechar para agradecerlo”.