Esta vez, América no partió a su cita al Estadio Azteca entre la multitud, ya que alrededor de 20 aficionados fueron los únicos que los despidieron en su hotel de concentración.Cerca de las 8 de la mañana, los jugadores de las Águilas fueron despertándose en este día de Clásico. Se percibía buen ambiente y rostros relajados, algunos como Óscar Rojas bajaban al lobby e indicaban a aficionados la confianza de ganar. El desayuno y única comida antes del partido, estaba programada para las 11:45, sería algo ligero, apegado a la dieta.
El primer directivo que se dio cita fue Jaime Ordiales, llegó cerca de las 10 de la mañana y estuvo presente en el desayuno. Ahí, se sirvió pasta, ensalada de verduras y un jugo, nada pesado de cara al compromiso por la tarde. Al finalizar, todo el plantel regresó a sus habitaciones para reposar no sin antes repartir algunos autógrafos y fotografías con aficionados que sí dejaban pasar, no así a otros con un semblante humilde que tenían que ver a sus ídolos de lejos y afuera del hotel.
A las 13:15 llegó el coordinador general del América, José Luis Cozatl. Exactamente una hora después lo hizo Michel Bauer, presidente del equipo, acompañado de su pequeña hija y esposa, iba serio y pensativo.
Antes de partir, sobrevino la charla ténica usual previa a todos los partidos. Se realizó en el salón \'Citlali\' ubicado en el segundo piso del hotel de concentración al sur de la ciudad. A las 14:40 todos, incluyendo cuerpo técnico y directiva se \'encerraron\' para hablar de los últimos detalles de cara a este partido tan importante y también se dio la alineación.
Unas escaleras mécanicas son las que llevan a dicho salón y al término de ellas se colocó una persona de seguridad que impedía el paso a cualquier \'extraño. A las 15:05 se acabó la charla, los americanitas encabezados por Manuel Lapuente se dirigieron al camión que saldría por la parte trasera del hotel, donde el público tiene acceso restringido.
Óscar Cañada, chofer del autobús del América, compartió a RÉCORD qué es lo que hacen los jugadores cuando se dirigen al estadio. "Les gusta escuchar música, a pesar del nerviosismo usual, tratan de animarse y van con mucha fe de ganar", indicó quien lleva 14 años ininterrumpidos en este puesto.
Antonio Macías es un aficionado mexicano que vino de Estados Unidos sólo a ver este encuentro, gastó alrededor de 50 mil pesos y para estar cerca de sus ídolos se hospedó en el hotel de concentración. "Vine desde San Francisco a apoyar a las Águilas, pagué una habitación casi a lado de ellos. Me gasté 4000 mil dólares y no quiero regresarme con la tristeza de que perdieron".
A las 15:10 América partió al Coloso de Santa Úrsual. El trayecto fue custodiado en todo momento por elementos de seguridad pública (que se trasportaban en una motocicleta y una camioneta). La llegada al estadio se dio en 15 minutos y fue sin complicaciones, aunque sí con los clásicos abucheos de los seguidores rojiblancos que los observaron.