Blanco, con espíritu hogareño
Habitualmente, Cuáuhtemoc Blanco tiene un trajín profesional y social que no cesa, que si los premios en Miami, que si la firma de autógrafos, que si su presentación con el Veracruz, que si infinidad de invitaciones de la gente que lo quiere halagar, y no para o no lo dejan que pare, pero la semana pasada, el lunes 14, de plano se desconectó del glamuroso mundo en el que vive y le llamó a doña Tenchis, su mamá para pedirle: “Hazme unas milanesas, porque voy a ir a comer”, y al poco rato ya estaba en su casa de la colonia Obrera, sin más acompañantes que su familia y Édgar, su amigo de la infancia con quien pasó toda la tarde viendo televisión y sin sobresaltos de ninguna índole.
Carlitos Sánchez de bailarín
Hace unos días, Carlos Sánchez, el jugador del América que hace poco más de un año sufrió un derrame cerebral y se debatió entre la vida y la muerte, demostró que mientras la ciencia dice una cosa la voluntad divina se impone otra, porque se celebró el cumpleaños de su mamá, y, tras regalarle un reloj de esos que son carísimos, como agradecimiento a su solidaridad en los tiempos difíciles, se puso a bailar casi hasta el amanecer, sí, a bailar, aunque suene increíble la recuperación de este chico ha sobrepasado lo imposible.
De primera intención es la sección de trascendidos de La afición. No son, ni pretenden ser, noticias confirmadas.