Por Víctor Altamirano Publicado en Excelsior.com.mx Iván hizo historia donde puso el pie: Milán, Madrid... y el DF. Hoy reflexiona acerca del América y Real Madrid
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de abril.- Maipú es una localidad rural en la zona poniente de Santiago de Chile. Ahí nació Iván Zamorano (1967), que desde muy joven tomó las riendas en su hogar. Actualmente, el Bam Bam continúa con su voluntad de ayuda, pues está al frente de la Ciudad Deportiva Iván Zamorano, en la que se detectan a futuros deportistas, además de tener una fundación que ayuda a niños necesitados. Desde Chile levantó la bocina y platicó con Excélsior sobre sus temporadas en el Real Madrid e Inter de Milán, así como de su paso por el América. * ¿Extraña el futbol? Lo que echo de menos es la competitividad, porque al final el futbol nunca dejé de jugarlo. A la fecha lo practico en el showbol, me invitan mis amigos de varias partes del mundo a jugarlo, pero lo que sí extraño es la competitividad, luchar por los puntos, salir a la cancha con toda esa adrenalina que te rodea, eso es lo que más extraño. En México sorprendió su llegada al América proveniente del Inter de Milán. A nivel personal, ese año en el Inter necesitaba un cambio radical en mi vida personal y como futbolista. Me costó mucho tomar una decisión de dónde partir y salió lo de México. Al principio hubo dudas, pero después me di cuenta que era una gran oportunidad; primero para acercarme a mi país y después para intentar, luego de tanto tiempo, poder hacer un aporte al América y salir campeón, así que para mí fue un desafío importantísimo y no me equivoqué. Me encontré con un gran club, me encontré con grandes personas, con Pérez Teuffer, Alejandro de Haro, el propio Emilio Azcárraga, que hacían todo lo posible para que el equipo fuera campeón. Yo estuve feliz, guardo gratísimos recuerdos de ese paso por México. El América es un gran club, tiene una afición espectacular, me llamó mucho la atención el futbol mexicano, la fiesta que se vive domingo a domingo. Luego llegué a casa, me sentaba y me ponía a pensar y decía que no me había equivocado en ir a México. ¿Y por qué México? Yo tenía ofertas para ir a jugar a Alemania, Estados Unidos, Japón y por ahí tenía una oferta importante para irme a jugar a los Emiratos Árabes, a Qatar, pero recibí una llamada de mi gran amigo Fabián Estay, que me dijo: “México es el país al que tienes que venir, aquí te van a querer como en ninguna parte y aquí hay un bonito desafío que después de 12 años de no ser campeón es un gran reto, así que te esperamos con los brazos abiertos”. A raíz de eso, todo fue más fácil, después de conocer a la gente que trabajaba en el América y no me equivoqué. ¿Qué recuerdo tiene de esa final, en 2002, ante el Necaxa? Ver un estadio repleto de amarillo. El Azteca se vivía realmente hermoso, veníamos de una primera final difícil, perdiendo 2-0, era muy complicado dar la vuelta. El Necaxa era un equipo muy competitivo, compenetrado. En el segundo partido nos jugamos el todo por el nada y salió como lo teníamos estipulado, jugamos a gran nivel, buscando el resultado desde el primer minuto y a pesar de que siempre supimos de que el Necaxa iba a ser un gran rival, tuvimos mucha jerarquía como para poder dar vuelta al resultado y ganar con ese gol de Castillo la final, que seguramente después de tanto tiempo a la afición americanista estaba muy feliz. ¿Qué le dijo la directiva y la gente después de regresarle un título al América? Era una fiesta, vestimos la Ciudad de México de amarillo. Creo que estaban ansiosos de poder gritarlo a todo el mundo, campeones nuevamente. El presidente, vicepresidente, el propio Emilio Azcárraga estaba feliz ya que en ese momento también San Luis era campeón de la segunda división y subía a primera. Fue una fiesta total, una alegría inmensa y uno como jugador lo siente muy de cerca ya que el cariño y afecto, admiración y valoración que hace la gente al respecto lo palpo en cada momento que tengo la posibilidad de ir a México. ¿Qué recuerdos tiene de su paso por el Real Madrid? Los mejores, cuatro años maravillosos donde pude obtener los triunfos más importantes de mi carrera: goleador, mejor extranjero, mejor iberoamericano, quinto mejor jugador del mundo. Hubo un momento en el que prácticamente con el Real Madrid lo gané todo. Uno siempre tiene recuerdos imborrables y cada que voy a Madrid el recuerdo está más vivo, todavía tengo en mi mente y mi corazón ese gol que le valió el campeonato al Real Madrid, al minuto 87 contra el Deportivo La Coruña. Uno se debe sentir honrado por haber jugado en el mejor equipo del mundo. ¿Qué diferencias hay de aquel Madrid en el que jugó al de ahora? En aquel entonces teníamos un equipo que jugaba con el corazón, con muchas ganas, fuerza y coraje. Después el futbol se fue comercializándo; llegó un momento en que contrataban jugadores para vender camisetas y no para ser campeón, así que en realidad el equipo de ese momento tenía mucha alma, ganas de poder hacer las cosas bien y entregarle muchos títulos al Real Madrid. Y ahora está el Madrid de Mourinho. Es un Real Madrid que día a día va imponiendo mucho más su juego. Mourinho le imprime su filosofía futbolística, que los jugadores la saben adaptar perfectamente a lo que quieren y a pesar de que algunas circunstancias no deslumbran, pero suelen ser sumamente efectivos. ¿Peca el Madrid de individualismo, a diferencia del Barcelona que es más colectivo? Ronaldo es un poco más individualista y Messi juega más para el equipo. Lo que hace grande al Barcelona es que sus jugadores vienen desde muy pequeños jugando juntos de Xavi, Iniesta, Puyol, Piqué y que a la hora de formar un equipo se nota y hace la diferencia. Mourinho regresó al Real Madrid a los cuartos de final de la Champions. Yo siempre he dicho que el Real Madrid tiene que estar en esas fases, porque es un equipo que si sale segundo es un fracaso, eso lo viví y lo sentí. Me parecía en años anteriores no se había llegado, no porque lo hayan hecho mal, sino porque no se dieron las cosas. Este año con Mourinho se tuvo la suerte de poder conseguir el objetivo principal que era avanzar a esta fase, obra que estaba pendiente, y estar hoy entre los favoritos para ganar la Liga de Campeones. En una de esas, el Madrid alza su décima orejona. Hoy hay muchos equipos que pueden llegar a ser campeón de Europa: Real Madrid, Barcelona, Chelsea, Manchester United, y hay equipos que pueden pelearle de igual a igual a cualquiera. Pero veo a un Real Madrid que marca diferencias y que puede estar entre lo más alto. Lo veo preparado como para llegar a la final. Los partidos hay que jugarlos y ganarlos en la cancha con futbol, con esfuerzo, dinámica, inteligencia y, sobre todas las cosas, con un entrenador que imprima una filosofía futbolística como la de Mourinho, así que puede llegar ahí y jugar una final después de tanto tiempo. ¿Cómo se vive un clásico en España? Más que partidos de futbol, son duelos que tienen que ver con lo social y lo político. Se enfrenta la capital de España con una ciudad como Barcelona que es muy nacionalista. Traspasa lo deportivo y uno lo vive como tal, desde el primer día de la semana hasta el último y, como consecuencia de eso, es una fiesta que todos disfrutan al máximo. Siempre el rival a vencer es el Barcelona. Es el gran desafío que tienen los jugadores, el cuerpo técnico, no sólo hacerlo bien si no llegar más arriba que el Barcelona. En este último tiempo se ha complicado mucho, pero los clásicos con el Barcelona siempre son a muerte. ¿Qué pasaba por su mente cuando le anotaba al Barcelona? En la historia del Real Madrid soy uno de los jugadores que más goles le he hecho al Barcelona, imagínate lo que significaba cada que le anotaba. En la memoria del hincha madridista está esa goleada del 5-0 inmenso que le hicimos en el Bernabéu, el mejor partido de mi vida, marcando tres goles. En esta Champions se podría dar una final Madrid-Inter, ¿con cuál estaría? (Risas) Tiene que pasar todavía por mucho para estar en esa instancia, creo que siempre los partidos hay que jugarlos. Pero si así ocurriera, que se midan Inter y Madrid, mejor no vería el partido, porque al final hay un cariño enorme hacia el Inter o el Madrid, pero si antes quedan fuera los dos de verdad que lo sentiría mucho.