PUBLICADO EN LAAFICION.COM
La esposa del futbolista paraguayo aspira a que en el 12 de Octubre no den al ídolo trato especial por su condición, aunque admite sus limitaciones
CIUDAD DE MÉXICO (Jueves 16 de febrero).- Nos lo había confiado Luis Salinas Palacios, presidente del Club 12 de Octubre: Salvador Cabañas, el otrora súper goleador del América ganará apenas unos mil 200 dólares por mes con el modesto club de la Primera B Metropolitana de Paraguay en su vuelta el futbol, así sea amateur. Nada que ver con los 130 mil que facturaba con las Águilas en su mejor momento, interrumpido por el balazo que se alojó en su sien la madrugada del 25 de enero de 2010 en el Bar Bar.
“Le dan para el combustible y él se tiene que trasladar, son 30 kilómetros todos los días, 60 de ida y vuelta; Luis Salinas está poniendo las manos en el fuego por Salvador y también es una ayuda mutua con el marketing que Salvador le da. Es recíproco. Claro, de combustible todos los días son más de mil dólares (al mes). Yo no daría a Chava así, si no es para salir adelante y es lo que le gusta hacer, el futbol lo trae en las venas y nos conformamos con eso, es una terapia para él estar ahí”, confirma a La afición la esposa María Alonso Mena, sin reservas, convencida de vivir un milagro sin precio.
Del 25 de enero de 2010 a la fecha Salvador pasó de ser uno de los jugadores mejor pagados en el continente, a un hombre con sólo la enorme entereza de mejorar en salud; pasó de la comodidad del estrellato, a la lucha diaria por tomar la decena de medicamentos que religiosamente María le suministra a la hora exacta.
“Por supuesto, cambió el cien por ciento, o sea que el que fue esposo, ahora se volvió como un hijo del que tengo que estar preocupándome de qué medicamento (toma), si se tiene que ir a entrenar, sus terapias; entonces, el rol ha cambiado. Lo más importante es que él, como persona, esté bien, que siga creciendo; el futbol ya es secundario”.
En el entorno familiar también se resiente el abismal cambio: “Los chicos venían de tener teléfono de última tecnología, jueguitos, todo, ahora hay restricciones, eso lo tienen que aprender, todo eso cuesta y si lo quieren deberán obtenerlo con el esfuerzo, no que se les dé todo; es un aprendizaje, le agradezco a Dios que podamos aprender de eso, cambiar drásticamente nuestra vida”.
Para María “fue para bien”, aunque admite que si “él estuvo entrenando (con América), haciendo pretemporada en Cancún, ahora lo está haciendo en el lago Ypacaraí (a unos 45 kilómetros de Asunción)”, en la precariedad de un club local que sólo le puede ofrecer la oportunidad de no sentirse ajeno al futbol.
“No he pedido una atención especial a Chava, quiero que lo traten igual que a los demás. Lo importante es que él está empezando de nuevo, porque de repente cuando estás allá arriba, en el éxito a veces eso te juega en contra por el ego”.
Diestro para anotar, lo que preocupa ahora es la reacción del lado izquierdo del cuerpo de Chava, sus limitaciones, secuelas del atentado: “En abril empieza su torneo, así que tiene un mes para ponerse a punto; desde la próxima semana vamos a hacer un doble turno con el preparador físico, porque por su problema neurológico tiene más debilidad en ese lado, tiende a lesionarse más de esa pierna, así que se le va a trabajar específicamente”.
María, los hijos y Chava afrontan todavía un litigio por recuperar bienes en manos de su ex representante José María González, en ganarlo les va la tranquilidad en los años que vienen, ahí está todo lo ganado en sólo una década de profesionalismo.
“Hay inversiones muy importantes que habíamos hecho y están en stand by; yo de estar cuidando nada más a los chicos tengo que hacer todo, llevar una empresa, atender al marido y a los hijos, así que es prueba y error, no te digo que lo hago bastante bien; yo nunca había manejado una empresa, es muy difícil. Tenemos el complejo deportivo, ahí una escuelita de futbol y tenemos lo que llamamos categoría libre que son jugadores a los que vamos ubicando en clubes. Ahí vamos”.
La sanación en Jerusalén
Los Cabañas viajaron el 29 de enero a Jerusalén, pero Salvador reportó puntual el lunes a la pretemporada del Club 12 de Octubre. Fue un viaje de sanación.
“Somos estudiantes de Cábala (lectura de textos sagrados), entonces fuimos a un club energético allá, estuvimos unos diez, quince días bastante bien, súper bien, se le ve bastante animado después del viaje. Son 30 horas de vuelo, sentimos un poco de cansancio, pero como caminamos mucho allá no se vio eso en lo físico, no afectó”, cuenta sobre el tema María Alonso Mena.