Hasta siempre Borja
El 18 de septiembre de 1977 el Estadio Azteca lució un lleno esplendoroso para presenciar un América-Pumas que no sería un partido cualquiera, pues ahí diría adiós a las canchas, el considerado por muchos como más grande ídolo del futbol mexicano, Enrique Borja.
Conocido como el Cyrano de las canchas, el jugador surgido de la cantera felina y en ese momento miembro de los Cremas, eligió ante Emilio Azcárraga Milmo el duelo de la jornada 8 de la Liga 1977-78 para despedirse del futbol.
Borja saltó a la cancha acompañado entre otros de Emilio Azcárraga Jean, se tomó la foto con los dos clubes y formó en el once titular de los Canarios de Raúl Cárdenas. Borja anotó dos goles en la victoria americanista 4-2 y el felino Jorge Marcín fue el último portero vencido por Enrique.
El 9 de los de Coapa nunca le había anotado a los Pumas y aquel domingo que cerró su inolvidable carrera lo hizo finalmente.
La polémica actuación de Urréa
La Final había quedado empatada 1-1 en el global, la Vuelta 0-0 con un dudoso trabajo de Edgardo Codesal que no marcó un penalti cometido por Jorge Espinosa sobre Daniel Braylovski; Eduardo Bacas falló un gol cantado, Héctor Miguel Zelada brindó una soberbia actuación, además de que ahí se vivió la fatídica tarde del túnel 29 que arrojó ocho muertos.
En ese momento el criterio de desempate era disputar un tercer partido, así que la corona 1984-85 se definiría en la sede neutral del recién inaugurado Estadio Corregidora de Querétaro.
La noche del martes 28 de mayo de 1985, el América de Miguel Ángel López le dio una repasada al superlíder Pumas de Mario Velarde y se impuso por 3-1 con dos tantos del Ruso y uno más de Carlos Hermosillo, mientras que Ricardo Ferretti acortó la desventaja con un tiro que Vinicio Bravo acabó por desviarle a Zelada.
El silbante sería Antonio R. Márquez pero una hora antes se anunció que había un cambio y que pitaría Joaquín Urréa, así que Pumas jugó bajo protesta.
El silbante utilizó criterio diferente en jugadas idénticas, marcó un penalti por una mano de Félix Cruz Barbosa pero no señaló la de Alfredo Tena y desde entonces los Pumas siempre le han achacado esa derrota a Urréa, quien dice ser el padre de esta rivalidad.
GRACIAS ADOLFO
El 3 de julio de 1988, el Estadio Azteca fue el escenario del partido de Vuelta de la Final 1987-88 a la que Pumas llegó con ventaja de 1-0 aunque los felinos no sabían que su principal enemigo no estaba enfrente, sino en su propia alineación.
Adolfo Ríos era el portero universitario y aquel domingo cargado de tensión política pues en unos días se realizaría la inolvidable elección presidencial que arrojó ganador a Carlos Salinas de Gortari, el de Uruapan se convertiría en el villano y caería para siempre de la gracia de cientos de sus admiradores.
El michoacano se comió al menos un par de goles de las Águilas de Jorge Vieira, uno de Gonzalo Farfán y otro del mostachón Adrián Camacho, imponiéndose los locales por 4-1, 4-2 global a los Pumas de Héctor Sanabria y pegarle por segunda vez en una Final a los del Pedregal.
Los americanistas festejaron su conquista, mientras que los universitarios no daban crédito a la mala actuación de Ríos, quien años más tarde se volvería figura de los de Coapa.
Desgarran al Puma en CU
En la Semifinal de Vuelta del Verano 2002 y tras desilusionar con un 0-0 en la Ida del Azteca, las Águilas de Manuel Lapuente sabían que solamente la victoria en el Olímpico Universitario les permitiría acceder a la Final.
El sábado 18 de mayo el equipo dirigido por Manuel Lapuente se fue arriba en el marcador y muy rápido tras una desafortunada acción del veterano Miguel España, quien mandó el balón al fondo de su meta, apenas al minuto 6 para darle la ventaja a la visita.
Los pupilos de Hugo Sánchez calmaron las aguas antes del descanso cuando el Carucha, Víctor Müller puso el 1-1 al 43’ que le daba el pase a los universitarios rumbo a la Final.
El segundo tiempo arrancó cargado de tensión, pues de nueva cuenta el América necesitaba un gol para avanzar y Pumas que no le anotaran.
Las Águilas lograron su cometido y al 67’ enmudecieron a las tribunas del Olímpico Universitario, pobladas mayormente de aficionados felinos, cuando Christian Patiño liquidó la serie con el 2-1 y mandar a los de Coapa a la Final, festejando el pase en la casa de los auriazules, donde 11 años antes habían perdido en su viaje más reciente a la última instancia de la Liguilla.
Kléber en grande
El 28 de julio de 2005 en el Azteca, dos remates del brasileño Kléber Boas le dieron al América el título de Campeón de Campeones 2004-05, al imponerse por global de 2-1 a los Pumas.
Tras el 0-0 en la Ida en CU, todo se resolvería en el Coloso de Santa Úrsula, donde el monarca del Clausura 2005, las Águilas, y el del Apertura 2004, los universitarios vivirían un capítulo más de su rivalidad.
La visita tomó la ventaja al 52’ en un claro error del portero americanista Guillermo Ochoa, quien acabó de meter un centro que no llevaba nada del brasileño Aílton da Silva, para el 1-0 favorable a los auriazules.
Ahí despertó el América que definió la serie con los dos tantos de Kléber, quien le dio la vuelta al marcador con su goles en cuatro minutos, empató al 64’ y al 68’ hizo el de la ventaja definitiva para el conjunto local.