Por Ciro Procuna para ESPN.
América fue contracorriente desde el minuto 20 del partido de ida, y rompió el cero hasta la recta final de la vuelta. En la prórroga tuvo contra las cuerdas a un Cruz Azul que jamás se enteró que tuvo superioridad numérica, a un Cruz Azul tristemente empequeñecido.
Los americanistas tienen que estar orgullosos de su equipo, de todo completo, porque fue una labor de equipo. De su portero Moisés Muñoz, que el 3 de junio de 2012 salvó la vida en un accidente automovilístico, y este domingo los salvó in extremis de la eliminación; del tan criticado Miguel Layún, que ha tenido los arrestos para sobreponerse a críticas desmedidas y que concretó el penal del triunfo; de Christian Benítez que pese a no marcar un gol en el tiempo regular de la final, fue un peligro constante y marcó en la tanda de penales, otra cruz que traía cargando. En fin, del colectivo, porque fue un triunfo de equipo.
Cruz Azul tuvo abundantes oportunidades para amarrar el título, y las desperdició. Después del gol del Chaco Giménez en la ida, optaron por defender a ultranza. No hubo más construcción de juego ofensivo. Como lo escribí en la columna anterior, quedaron a deber, les faltó futbol.
En la vuelta, desde la alineación inicial Cruz Azul demostró a lo que fue al Estadio Azteca, a especular. Tres medios de contención, jamás jugaron juntos en el torneo Israel Castro, Alejandro Castro y Gerardo Torrado en el medio campo. ¿Por qué pensar que en el juego más importante del año eso puede funcionar? Guillermo Vázquez traicionó el estilo que los llevó a la final, traicionó el estilo con el que encadenaron buenos resultados en Abril y Mayo.
Quien crea que Cruz Azul perdió la final por los penales, por el resbalón de Alejandro Castro, o por la improbable aparición de Moisés Muñoz en el segundo gol, estará siendo muy poco autocrítico. Cruz Azul tuvo el trofeo en sus manos y no lo quiso, América lo tocó hasta el último momento y no lo soltó, porque fue quien más peleó por él.

No tienen nada que hacer
Me refiero a Guillermo Vázquez y a Alberto Quintano. Lo dije hace dos meses, y hoy, al final que se hacen los balances, lo confirmo. A Quintano nadie lo va a extrañar. Una gestión gravosa que entregó un "espectacular" Torneo de Copa. Durante su estancia como director deportivo hizo 24 contrataciones, entre otras: Maximiliano Biancuchi, Emilio Hernández, Ramón Núñez, Hugo Droguett, Maranhao, Marcelo Palau, Edcarlos Conceicao, Waldo Ponce, entre otros "cracks". Petardos, auténticos y numerosos petardos que costaron fortunas y entregaron poco en la cancha. Vázquez debería irse de Cruz Azul, pese a tener un año más de contrato. En el momento más importante demostró su poca ambición y su poca autoconfianza.