Hace poco más de 14 meses, Jesús Ramírez asumió la dirección técnica de un gigante empequeñecido. Con algunos torneos sin clasificar a la Liguilla y hasta ciertos problemas en la tabla porcentual, el América comenzó una transformación bajo las órdenes del entrenador campeón del mundo Sub-17 en 2005. Hoy, Chucho se alista para su segunda fase final consecutiva en el banquillo crema y está convencido que llegó la hora de coronar su proyecto.
—¿Cómo te sientes en esta semana de Liguilla y qué diferencia hay con la anterior [Apertura 2009]?
Evidentemente, ya cumpliendo el objetivo, que era clasificar. Quizá un poco sufrido, porque tuvimos que haberlo hecho mucho antes, con todas las oportunidades que dejamos ir en el torneo, pero satisfecho por haberlo logrado y ahora es un torneo diferente. Tenemos que pensar en el siguiente objetivo, que es ganar cada una de las etapas de la Liguilla, para llegar a ser campeones. Con relación a la temporada pasada, creo que ésta ha sido mucho más complicada, porque desafortunadamente ha sido muy difícil mantener un equipo base por bajas, lesiones y suspendidos. Por eso, valoro aún más la clasificación.
—¿Vas a ser campeón?
Claro. Mi mente no puede estar en otro lado. Ya estamos aquí dentro y hay que aprovechar esa posibilidad. Haciendo un breve análisis, nuestro equipo genera llegadas de gol, nos ha faltado meterla, porque tendríamos muchos más puntos, seríamos el líder de goleo, pero hoy tenemos que recapitular todo eso y ser más contundentes. Por poner un ejemplo, estoy seguro de que Cruz Azul diría “me gustaría estar ahí como sea”. Hay que tratar de ser lo más contundente posible. Si ganamos por muchos goles sería sensacional, porque me gusta el buen futbol. La alineación que coloco y las características de mis jugadores son para jugar. A veces se da y otras no, pero tan valorable es el 1-0 como el 7-2, que en un momento fue al Toluca. Obviamente, si metes siete y después uno, como que la gente dice qué pasó, pero los partidos son muy diferentes y todos los equipos, cuando enfrentan al América, suben su intensidad, atención, concentración. Ya sabemos que cada semana es así. Hoy, bajo todas esas experiencias anteriores, tenemos que ser más inteligentes, intensos y contundentes que el rival.
—¿Te tocó tratar de levantar a un club grande, aletargado y lleno de muchos problemas?
No hay memoria, eso es evidente. La memoria es la reciente, la del día. Si contra Santos hubiéramos terminado como lo hicimos en el primer tiempo: con oportunidades de gol, a lo mejor la visión hubiera cambiado, pero también generamos opciones de gol, no las metimos y acabamos sufriendo un poco, pero sí creo que ha sido un proceso complicado. Llegamos cuando el equipo venía de algún tiempo sin clasificar. Cuando hay una transformación de fondo, es evidente que sí debe llevar un proceso, el cual uno trata de acelerar, pero del equipo que yo recibí, a la siguiente temporada, tuvimos varios cambios. Se fueron algunos jugadores, llegaron otros, por lo que hubo que armar un equipo muy rápido, el cual clasificó. Hoy, a través de todo ese proceso, qué mejor momento para consolidarlo con un campeonato.
—El domingo dirigirás tu partido 50 de Liga y Liguilla con el América ¿qué balance haces de tu labor?
Ha sido buena. Obviamente, me hubiera gustado tener muchos más puntos, triunfos, los cuales tuvimos a la mano. Recuerdo que, cuando llegué, el equipo estaba en el lugar 14 de la tabla porcentual y la siguiente temporada arrancaremos en el quinto sitio. Mejoramos mucho en esa parte, nos alejamos del descenso. En la primera campaña, nos quedamos fuera por un gol, pero son las circunstancias que se viven. Partido a partido ganas experiencia y hoy trataremos de reflejar en la cancha esos 50 partidos.
—¿Tienes los méritos para continuar como director técnico de las Águilas?
Te voy a contestar con una respuesta que dio José Luis Real el día del Clásico: “No estamos aquí por ser amigos de alguien. Seguramente, algo hicimos para estar aquí”. Pienso exactamente igual que él. Si te hablan de un lugar para estar, algo te vieron. Estoy tranquilo, sé lo que hago. A veces quisiera ser mucho más espectacular, pero siempre he pensado que mi equipo transmita esa transformación mental, que es ganar permanentemente. El día a día, aquí es de alta intensidad en los entrenamientos, lo cual se tiene que ver reflejado en la cancha. Ha sido un proceso complicado, por el entorno, por las bajas, pero hoy, el objetivo está cumplido y ojalá que podamos tener una Liguilla espectacular, ganadora, para que le podamos entregar a la afición un título, porque ya estamos haciendo un huequito en las vitrinas para el trofeo.
—¿Para los otros siete clasificados, crees que hubiera sido mejor que el América no clasificara?
Nunca me he puesto a pensar en eso, pero es evidente que, en cuanto a la expectativa para la gente, claro que América nunca tendría que estar fuera. Es un equipo que genera buenas y malas cosas, o te quieren o te odian. El América es fundamental en la Liguilla.
—¿Cómo te trata el aficionado americanista en la calle?
Fíjate que bien. Incluso, gente que no es del América te felicita, porque ha habido una transformación en el equipo y lo agradezco, mucho más de los seguidores del América, porque desde que llegué, mi mentalidad no ha cambiado. Desde que dirigía a la Sub-15 hasta la fecha, mi mentalidad ha sido de transformar, generar cosas positivas, triunfos. En nuestro equipo se ha vivido esa transformación.
Por Daniel Blumrosen Juárez
Publicado en El Universal
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