El argentino salió feliz, agradecido por la experiencia: “Es lo valorable, darles una alegría, en el momento que están pasando, sacarles una sonrisa, verlos contentos. Que sean diez minutos, cinco, lo que fuese, verlos sonreír y disfrutar, es importante, algo como esto no se da todos los días y para uno, tener la posibilidad de venir y ayudarlos, no tiene precio”.
sábado, 27 de febrero de 2010
El corazón por delante
Daniel Montenegro dejó algunas horas la cancha para convivir con infantes que luchan contra el cáncer.
El argentino salió feliz, agradecido por la experiencia: “Es lo valorable, darles una alegría, en el momento que están pasando, sacarles una sonrisa, verlos contentos. Que sean diez minutos, cinco, lo que fuese, verlos sonreír y disfrutar, es importante, algo como esto no se da todos los días y para uno, tener la posibilidad de venir y ayudarlos, no tiene precio”.
El argentino salió feliz, agradecido por la experiencia: “Es lo valorable, darles una alegría, en el momento que están pasando, sacarles una sonrisa, verlos contentos. Que sean diez minutos, cinco, lo que fuese, verlos sonreír y disfrutar, es importante, algo como esto no se da todos los días y para uno, tener la posibilidad de venir y ayudarlos, no tiene precio”.