El 12 de agosto de 2008, el defensa azulcrema Carlos Sánchez sufrió un infarto cerebral, luego del entrenamiento del equipo en Coapa. Un par de días antes participó los 90 minutos en el juego contra Monarcas Morelia. “Mi relación con Cabañas era estrecha y se incrementó, a raíz de lo que me sucedió. Supe que estuvo preguntando día y noche por mí, entonces vengo a agradecer ese detalle”, dijo Sánchez la semana pasada, cuando Salvador fue intervenido en el referido hospital.
Poco más de un año después del incidente sufrido por Carlos Sánchez, el 27 de septiembre de 2009, el también americanista Arnhold Rivas tuvo una volcadura en el trayecto Zamora-Guadalajara. Los médicos le quitaron un coágulo en el cerebro. El accidente automovilístico ocurrió de noche, cuando la mañana de ese mismo día había participado siete minutos en el triunfo sobre el Atlante. Desde entonces no ha vuelto a tener acción con el conjunto azulcrema. “Salvador está consciente y no hay muchos cambios —actualiza el doctor Alfonso Díaz, durante su visita—. Los cambios son muy pocos, mas él está evolucionando satisfactoriamente hasta el momento. Su familia está contenta en verlo y en saber que la evolución ha ido mejorando gradualmente”.
Dentro de su evolución, el futbolista conversa cotidianamente con sus familiares, ya que está impedido de tener otro tipo de visitas. Las autoridades que investigan su caso, por ejemplo, no han recibido aún el aval para entrevistarlo.
“El legista determinó que no está en condiciones de hacer una declaración formal”, añade Díaz, quien detalla que tanto “los jugadores del América como sus paisanos y mucha otra gente de otros equipos se han acercado para saber de él, pero únicamente conversa con la familia, porque no hay posibilidad de pasar a ver a Chava”.