Cómo llega González a Cabañas El representante de jugadores Alfredo Mendoza declaró ante la fiscalía que José María González, quien es su cuñado, no tenía trabajo alguno cuando lo contrató como asistente. Refirió que alertó a Salvador Cabañas sobre los alcances de realizar inversiones sin el consejo de gente especializada, en alusión a González. “Aproximadamente hacia finales del 2003, comienzo de 2004, mi esposa me había solicitado que le diera un trabajo a su hermano, José María González, quien volvería a Asunción desde Ciudad del Este y se encontraba sin trabajo. Yo le manifesté a mi esposa que no me agradaba esa idea, porque yo siempre había trabajado solo, aun cuando José María debía ser un simple asistente. En los días siguientes mi esposa insistió en ayudar a su hermano y, a pesar de las reservas que tenía, finalmente acepté ayudarlo y lo traje a trabajar conmigo como un asistente”. señalo en una declaración que prestó la semana pasada ante la fiscala Rocío Vallejo.
Añadió: “Fue así como le encargué a José María que atendiera todos los requerimientos y cuestiones particulares de Salvador, que muchas veces se presentan cuando el jugador se encuentra en el exterior y debe hacer trámites aquí en Paraguay”. Siguió diciendo: “Desde ese momento, José María atendió todos los asuntos particulares de Salvador, encargándome yo de las relaciones con el club y de su contrato de trabajo. Incluso recuerdo que me acerqué al Maño Ruiz, quien era el DT de la selección paraguaya, a quien le comente que Salvador estaba teniendo un desempeño en constante crecimiento en México y le pedí que observara su desempeño, para ver si le podía interesar su concurso para la selección”.
Indicó que luego se enteró de que González había intervenido en inversiones realizadas por Cabañas. “Viajé nuevamente a México, hablé con Salvador en presencia de su esposa, María Lorgia, a quien le manifesté mi interés de continuar como representante y así defender sus intereses ante los clubes; también les expresé que no estaba de acuerdo con las inversiones que había realizado sin mi conocimiento ni consentimiento, a través de José María. Les dije que para cualquier inversión que quisieran hacer con el dinero que ganaba en el América debían recurrir a personas especializadas que pudieran garantizar esas inversiones. Sin embargo, no hubo respuestas, por lo que terminó la relación profesional entre Cabañas y Mendoza”.