Uno de los refuerzos por excelencia de este torneo, sufrió una expulsión en Monterrey. La prensa y su costumbre a exponer temas que no deberián ser tan polémicas incitan con preguntas al uruguayo para que diga algo, que maldiga que reproche o que chille ante la decisión del juez... Pero simplemente opta por la discresión: "Al principio entendería que iban a ser más razonables ante la poca fortuna no solamente del árbitro del Monterrey-América sino del arbitraje de la jornada. Pensé que por ahí iba a correr con suerte, me iban a quitar la tarjeta e iba a estar en condiciones de poder jugar. No puedo decir mucho y no puedo tampoco hablar de los árbitros, es un tema que ves fríamente y siempre quieres apoyarlos de una forma u otra. Uno puede cometer errores y equivocarse, me imagino que (los silbantes) tendrán una segunda, tercera o cuarta oportunidad para revertir la situación y no perjudicar a ningún equipo y en ninguna circunstancia, como pudo haber sido perjudicado el América ante Monterrey".
Analítico sobre lo que pasó el sábado en la Sultana del Norte, pero espera que el arbitraje (como en todo México y el mundo) mejore: "La rabia viene porque el equipo estaba jugando bien y con la soltura que necesitábamos para jugar los partidos ante los grandes equipos y por ahí en una mala tarde de un árbitro se va el trabajo de toda la semana al traste. Pero mirar al pasado tampoco es bueno, como dije, siempre confío en el arbitraje, en el razonamiento positivo y no ser tan drástico en momentos que no tendría que hacerlo y por ahí sí estar más pendientes de ese tipo de cuestiones".