POR Teodoro Cano
DOS de los mejores equipos del futbol mexicano, que por lo general siempre están en la lucha por los campeonatos mexicanos y pasan lista de presentes en torneos internacionales, América y Toluca, arrancarán con cambios radicales, debido a que los propietarios de ambas escuadras han querido limpiar la casa, y para arrancar, tanto Emilio Azcárraga como Valentín Díez, comenzaron por cambiar sus consejos directivos para dar paso a gente que llegue con la responsabilidad de regresar a las Águilas y Diablos Rojos a los primeros lugares en que siempre o casi siempre han estado, y que se les extraña su presencia en las finales en busca del campeonato.
La semana pasada fue presentado Ricardo Peláez como presidente deportivo, que estará apoyado por un consejo que encabeza Yon de Luisa, pero el que estará pendiente de todo lo que se realice de aquí en adelante será Emilio Azcárraga Jean, que se ha comprometido en no fallar a los fieles seguidores de las Águilas, pero confía en la gente que ha designado. Lógicamente el que llevará ese peso será Ricardo Peláez, quién tiene una pasión enorme por el futbol, especialmente por el equipo América, en donde jugó con éxito, aunque sus mejores años fueron con el Necaxa.
Peláez es un hombre muy observador y tiene muy detectado lo que sucede en el conjunto de las Águilas, como jugador y comentarista de televisión sus señalamientos fueron severos pero objetivos, y en el pasado torneo tuvo comentarios acertados y hasta predijo la caída del América, que no funcionó bajo las ordenes de Carlos Reynoso y el bajo rendimiento de los refuerzos.
No podemos hacer a un lado que, ante la salida sorpresiva de Alfredo Tena y Luis Roberto "Zague", principalmente este último, al que no le dieron tiempo de poner en marcha un proyecto que tendía a eliminar los problemas internos, pero en forma inexplicable fue incluido en esa limpia pareja, hicieron a un lado a un ídolo de los aficionados de las Águilas, que tiene la camiseta del equipo de sus amores muy bien puesta, pero que con este segundo golpe no hay duda de que ha quedado dolido, ya que no se le ha dado el trato que merece un hombre que se entregó en la defensa de los colores del equipo de su padre y de sus amores.
También es una pena la salida de otro símbolo del América, Alfredo Tena, que ya tenía una visión amplia de lo que pasaba en el interior del equipo, incluso era el hombre fuerte de la cantera, la cual tendrá que comenzar de cero, debido a que todo indica que la limpia será pareja, y toda la gente que trabajaba en las fuerzas básicas también parece que se va; sin embargo, hay que aprovechar a Alejando Domínguez, que era el brazo derecho de Tena, y escuchar lo mucho que podría aportar de la situación en los vestidores y de lo que existe en la cantera, y es un americanista que podría orientar a Ricardo Peláez, que conoce a distancia lo que ha pasado en las Águilas y es urgente que conozca lo que dividió el plantel.
Es cierto, es poco el tiempo que tiene para firmar al que será el nuevo entrenador y se tendrá que trabajar a marchas forzadas, de acuerdo a las necesidades del nuevo técnico, seleccionar qué jugadores continúan en el equipo y quiénes serán los refuerzos, para firmarlos lo más pronto posible e iniciar con el plantel nuevo y completo la pretemporada, en busca de un arranque fuerte en el próximo Torneo Clausura 2012.
También en el Toluca hubo limpia, Valentín Diez borró al Consejo directivo formado por más de una docena de personas, y a la cabeza estaba Fernando Ramos. A partir de ayer a las once de la mañana, regresó como presidente, al que le hicieron justicia, Fernando Corona, para tomar las riendas del equipo, y el "único consejo" que tendrá el equipo será Valentín Díez.
Ayer también presentaron al entrenador que buscará levantar al equipo, Wilson Graniolatti, que hace tiempo que no dirige, pero llega, seguramente, con la asesoría de Ricardo La Volpe; y sin querer ser mal pensado, luce como un avance al regreso de Ricardo, en cuanto termine su compromiso con el Banfiel de Argentina, para reportarse al Toluca, quizá en el mismo Clausura 2012 o en seis meses, de acuerdo a cómo caminen las cosas en un conjunto que ha quedado fuera de las finales.
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