lunes, 9 de marzo de 2009

Maldita la Hora

Por David Faitelson
Para ESPNDEPORTES.COM


Un equipo ganador, histórico y poderoso se convirtió en uno perdedor, caprichoso, inútil y mediocre. El América volvió, vía Cancún, a los últimos sitios del futbol mexicano...

No, no es un estado temporal, tampoco una forma de vida. Es lo único que el americanismo conoce: el pesar, el vacío, la ausencia, la impotencia, la rabia y la crisis a todo esplendor.
En el día que parecía perfecto para dejarla, con el sol a tope, la brisa del mar sobre la tribuna, el cielo despejado de nubes y hasta un gol que ni siquiera ellos hicieron, se topó con un Atlante de verdad, convertido en el verdugo, con aires de grandeza en su juego y con un corazón que vale mucho más que los 18 millones de dólares que gastó el rival.
Damas y caballeros, señoras y señores, no se martiricen, para qué, no vale la pena... El América es último de su grupo, antepenúltimo general y como están las cosas, habrá que acostumbrarnos a su ya casi eterno estado vegetativo...
Casi, casi "El Paraíso", dirían algunos. Por donde se le vea, en la época que sea y aún en días de una terrible crisis económica mundial, Cancún seduce los sentidos de cualquiera y nunca, nunca esta realmente sola. Con la primavera a la vuelta de la esquina, sus playas empiezan a poblarse, sus aguas se llenan de magia y su horizonte de ese tono aturquesado que siempre le distingue.

EL CUMPLEAÑOS DEL PADRINO
Es una tarde típica al estilo del Padrino, perdón, de José Antonio García. El humo del puro, la copita de vino, el celular, las gafas para el sol y la sonrisa profunda y llena de vida... Él está sentado en la cabecera, el directivo Raymundo Palacios a su lado, el promotor Enrique Nieto del otro, el asistente que usa una "cola de caballo" espectacular y otros dos personajes que mejor ni pregunte quiénes son.

EL AMÉRICA DE CANCÚN...
El problema aquí surge cuando el visitante impacta con sus colores, con su historia y hasta con su excesiva publicidad. Aunque el Atlante sembró raíces hacia el futuro con el campeonato que logró hace poco más de un año, el América jugará aquí como local, con una mayoría de fanáticos en las tribunas. En la esquina de la Rodrigo Gómez y la Andrés Quintana Roo hay, sin embargo, cierto sentimiento de culpa. Ellos saben que en tardes como la de hoy deben hacer valer su estadio, su tribuna, su tierra, su identidad y hasta su espíritu azulgrana.
De un lado Arreola, Espinoza, Navarro y Ovalle. Material atlantista de fuerzas básicas. Del otro lado, el cuadro lujo: Ochoa, Castillo, Ortiz, Beausejour, Vera, Cabañas, Pardo y De Pinho, el equipo que armó El Pelado y que costó cerca de 20 milloncitos de dólares. En la cancha no hay tal diferencia. Es más y aún cuando el América toma ventaja con un autogol, El Potro es quien empieza a alegrar la cancha con su juego...

"LES CUADRE O NO LES CUADRE..."
El Andrés Quintana Roo aceptó la traición de cierto sector cancunense que se vistió de amarillo, pero también se dio el tiempo para empujar a los suyos...
Cuando el sol apretó los sentidos anunciando la llegada de la primavera, cuando las candilejas del Quintana Roo se encendieron, cuando los visitantes ya jugaban con diez, el Atlante ya tenía algo que contarle a los chicos que pagaron un boleto para ver cómo ellos le ganaban al América por cuarta ocasión consecutiva...
Mientras el "les cuadre o no les cuadre..." retumbaba por todo Cancún, algunos reproches, algunas caras largas con síntomas de tristeza, más sinsabores y amargos recuerdos aparecían en el horizonte. El problema es que el América está provocando que sus fanáticos no distingan una crisis de la otra. Se fue El Pelado y llego Chucho y no pasa nada, porque puede llegar otro y la historia amenaza con ser la misma...



Maldita la hora, sí, maldita la hora en que un equipo ganador, histórico y poderoso se convirtió en uno perdedor, caprichoso, inútil y mediocre.